El 20 de septiembre de 1822 se inició el I Congreso Constituyente del Perú. El gran historiador Jorge Basadre (cuyo rostro ya aparece en billetes) inició su descomunal colección de 18 tomos de la Historia de la República del Perú con este acontecimiento, al cual consideraba como su hito inaugural. En esta fecha el Presidente Castillo debió haberla celebrado en el país organizando una gran concentración para demandar convocar a una nueva constituyente. Sin embargo, él ha preferido viajar por tercera vez a EEUU.
Al respecto, quisiera hacer algunas reflexiones sobre la importancia de ese hecho y otras fechas históricas, la ausencia de libertades y las fronteras del Perú.
Fechas históricas
En el Perú se suele homenajear a un solo día nacional, el cual es el del 28 de julio, pues en esa fecha, el general argentino José de San Martín proclamó la independencia. Sin embargo, la mayoría del territorio que entonces reclamaba el Perú estaba ocupado por los realistas. El Perú ha hecho bien en declarar feriado nacional al 6 de agosto (pues en ese día de 1824 se dio la batalla de Junín, la cual junto con la de Ayacucho del 9 de diciembre de ese mismo año) sellaron la derrota de la corona peninsular.
Sin embargo, muchos otros países de la región celebran 2 fechas de la independencia. Bolivia, Ecuador, México, Chile, Colombia o Argentina reivindican a sus primeros gritos libertarios de 1809 ó 1810, en los cuales sus actuales capitales no pidieron romper con la monarquía ibérica, sino mayor autonomía o defender a esta de la ocupación napoleónica.
Colombia festeja tanto el 20 de julio de 1810 como el 7 de agosto de 1819, cuando en la batalla de Boyacá, Simón Bolívar derrotaría a los realistas para inmediatamente liberar Bogotá. Cada 4 años es en esta última fecha en la cual juramente un Presidente en dicho país.
México celebra el grito de Morelos en la noche que media entre el 15 y 16 de septiembre de 1810, aunque su verdadera independencia fue consumada el 27 de septiembre de 1821 (11 años y 2 semanas después).
En el Perú no se conmemora a nivel nacional al grito libertario de Francisco Antonio de Zela en Tacna, el 20 de junio de 1811, el mismo que estuvo ligado a varios otros que en 1809 se dieron en las 4 principales ciudades del Alto Perú y al del 25 de mayo de 1810 en Buenos Aires. Esto es un contraste con lo que pasa hoy en Argentina o Bolivia, donde dichos levantamientos son ampliamente recordados con grandes celebraciones.
Tampoco le damos la suficiente importancia a las grandes rebeliones de José Santos Atahualpa "Apu Inca Huayna Cápac" o las del quechua José Gabriel Condorcanqui "Túpac Amaru II" y del aymara Túpac Katari. Esto se debe, tal vez, a que fueron liderados y protagonizados por indígenas y no por criollos o descendientes de los europeos. El primero logró liberar prácticamente para siempre a la selva central peruana apuntalada por los nativos asháninkas y piros y en su gesta emancipó a los esclavos negros y siervos nativos.
Los dos segundos se sublevaron en las regiones de Cuzco y La Paz dos décadas después. Ambos fueron apresados, torturados y descuartizados. La horrible muerte de Túpac Amaru II, de su esposa MIcaela Bastidas y de muchos de sus familiares el 18 de mayo de 1871, es una fecha que debiera ser recordada como una suerte de duelo nacional, así como los catalanes o serbios conmemoran las derrotas que dieron origen a su identidad nacional.
I Congreso Constituyente
El Perú decidió conformarse como una república con una carta magna liberal. Ello implicaba adoptar un camino más radical que el que inicialmente Francisco de Miranda y luego San Martín propusieron cuando gestaron los primeros movimientos separatistas en Londres. Ambos querían una monarquía constitucional como la británica, que hoy viene traspasando la corona de Elizabeth II a Carlos III. Miranda quería que esta se extendiese a todos los países hispanohablantes del continente de Colón, desde Alaska a la Patagonia, en un reino que debiera llamarse, por eso mismo, Colombia, y que estuviese liderada por un inca.
Sin embargo, en el Perú sobrevivió la esclavitud de los negros hasta Castilla, tras lo cual se dio paso a la semi-esclavitud de asiáticos, mientras que la servidumbre de los indios ha durado hasta hace medio siglo. Aún hoy, gran parte de los peruanos pasan 12 a 14 horas entre trabajar y desplazarse a su empleo durante 6 días a la semana y con un salario de mil soles mensuales (la cuenta que varios congresistas han pagado por una noche de hotel).
Pese a su primera constitución liberal, la gran mayoría de los Gobiernos y de los años que tenemos como país independiente han estado dominados por dictaduras. Incluso, nuestra actual democracia se ha dado con constantes estados de sitio, toques de queda y matanzas.
Fronteras
En dicho I Congreso, el Perú buscó integrar a Guayaquil. Esta, el 9 de octubre de 1820, se había constituido como la primera república en lo que llegó a ser poco antes el virreinato peruano y luego lo sería el Ecuador a ser creado en 1830. La I constitución peruana fue aprobada en 1823 y una década después de ello, se intentó subsanar la división de los dos Perú. En 1836-39 se creó la Confederación Peruano Boliviana, la cual superaba los 3 millones kms2, y entonces tenía una superficie mayor que la de EEUU. Hoy, el territorio peruano se ha reducido en un 60%.
Bolívar no tiene la misma popularidad en Lima como la tiene en el resto de los 6 países que liberó (Venezuela, Colombia, Panamá, Ecuador, Perú y Bolivia). Esto debido, a que fue él quien hizo que su Gran Colombia se anexionase Guayaquil y que luego se separase al Alto Perú. El Perú luego perdería territorios ante Chile, Brasil, Ecuador y Colombia.
"Perú" no es un nombre nativo de estas tierras (fue impuesto por los conquistadores, y algunos piensan que así se llamaba un cacique de Panamá) e inicialmente abarcaba a todos los territorios hispanos del subcontinente. Con el tiempo, este desplazó al término originario de "Tahuantinsuyo" y se redujo a una parte del centro-oeste sudamericano.
Proponer llamar a recuperar antiguos territorios es parte de un irredentismo anacrónico y peligroso para la estabilidad regional. La única forma de reunificarse con todos esos territorios y de dar plena salida al mar para Bolivia debe pasar por ir a una nueva confederación de pueblos andinos y sudamericanos, reconstituyendo así al antiguo Perú, pero bajo una modalidad democrática, federal y plurinacional.
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