Tras varios años sin leer novela histórica, desde el año 2020, he tenido el placer de sumergirme en esta maravillosa novela histórica que me ha atrapado desde la tercera página.
Esta novela permite profundizar en una de las épocas más esplendorosas a nivel cultural de la historia de España, el siglo XVII, más comúnmente denominado “El siglo de oro”. Para ello, escoge la historia de Álvaro Torres de Sandoval “aficionado a la lectura y gran lector”, sobrino de Doña Sancha de Lara Ugarte y Barriendos y su triste historia. Un hecho real que dio lugar a una famosa leyenda en la Málaga de 1639. Se reproduce con todo el detalle posible y permite al lector una posición muy cercana y una visión cinematográfica de la acción.
El alcalde D. Pedro de Olavarría, persona sería y poco querida, “un hombre que, a pesar de la envergadura de la barriga, que le sobresale de las calzas, tiene unos hombros rocosos”. Este era cruel con su joven esposa, Beatriz y Laura, criada de ellos.
Laura, “la hija del herrero”, la mujer que se iba a casar con su sobrino. A pesar de ello, se comentaba que mantenía relaciones con Beatriz.
En una noche de representación teatral, un desaire por parte de Álvaro condujo a un enfrentamiento con el alcalde y fue detenido y juzgado y condenado a muerte. Una muerte que resultó fatal para Laura y que termino en un entierro que fue oficiado por el Padre Francisco Aranda y diez sacerdotes más.
En esta novela Álvaro, un joven varonil, culto y seductor, demuestra un profundo sentido del honor a lo largo de toda la historia. Dispone de un gran sentido de la amistad y la lealtad fuera de toda duda, observando su conducta en toda la novela.
La ironía está muy presente en su discurso y su increíble valor acaba por derrumbar todas las situaciones adversas que se le presentan. Los personajes secundarios están muy bien escogidos y lejos de ser una muestra de osadía por parte del autor, es un logro conseguido de humanizar la historia dentro de la misma esencia de la época en la que transcurre.
Esta novela consigue lo que pocas obras maestras logran y es convertirse en una película 4DX, última tecnología en el mundo del cine que logra convertir al espectador en un personaje más de la película, con el hábil cincel de sus palabras y el tratamiento que hace el escritor de ellas.
Respecto al estilo, es maravilloso el uso de vocabulario y construcciones que responden a los estándares de la lengua del XVIII. Este trabajo de texto enriquece muchísimo la novela, ya que nos permite acercarnos más a la realidad del siglo de oro. Hay un trabajo de documentación muy profundo del autor tanto a nivel literario como histórico. Las referencias culturales y literarias son empleadas con mesura y otorgan al texto un valor incluso considerable como didáctico. Por supuesto, la sátira y el humor están presentes desde el primer momento en la novela, con pequeños guiños o expresiones que con la situación actual pueden tener un doble sentido.
Los espacios están perfectamente reconstruidos. El uso de crónicas y obras literarias como documentación permiten al autor recrear la Málaga del XVII con gran acierto en pequeños detalles, comenzando con el corral de comedias, el eje principal de la misma, narrativamente hablando.
Esta obra es una verdadera genialidad que Francisco Guerrero aúna el insuperable arte de Quevedo, la genialidad de estilo de escritores como Arturo Reverte, y la prosa equivalente al mejor tiempo de Vargas Llosa. Una novela imprescindible que permite disfrutar de la historia de España y especialmente interesante a nivel cultural y con una cantidad inmensa de referencias que alimentan el conocimiento.
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