Impensable, pero cierto. No me lo podía creer, pero PS me ha sorprendido. Es la 2ª vez que me sucede en sus años de figurón. Lo cierto es que no sé de qué hablaba (no soy masoka para escucharle), pero de pronto le oí solemne y enfático decir: “Este gobierno decide, actúa”; Uuuaaauuuh!!
¡Ya lo creo! Y tiene razón, es verdad; por eso mi gran sorpresa. ¿PS diciendo una verdad? Pues sí, “este gobierno decide y actúa”. Decide muy mal y actúa muchísimo peor; y él lo sabe, por eso lo pregona enfáticamente para que no quede duda; ya que considera que los demás somos tontos y tragamos sus pregones, ¡A estas alturas!
Sigue mi sorpresa por la palabra “verdad”, prohibida en el lenguaje Sánchez. Y entonces acudimos a las pruebas, que son muchas … Veamos:
Decide y actúa continuamente como las dictaduras de todo tiempo y color.
Decretazos a cada paso. Más que cualquier otro gobierno en menos tiempo; antidemocrático, o sea, dictatorial decisión y ejecución.
Elabora leyes ideológicas (estilo nazi y comunista), a todo volumen y para todo.
Decide e impone la cultura de la muerte en todas las formas y con amenazas.
Por ley se deseduca sistemáticamente. Además, se practican malos modos educativos con el ejemplo partidista, con sus leyes, con sus actuaciones y con el adoctrinamiento a los escolares desde la más temprana edad para que cale.
Decide una memoria democrática trastocando la historia y mucho más la democracia. Ese panfleto coloca a su gobierno en el sarcasmo.
Deciden actuar según la agenda 2030; otro panfleto que nos aniquila como nación, como libres, como ciudadanos con derechos, como seres con criterio para irnos llevando, tal como está sucediendo, a la miseria y la esclavitud.
Decretan derechos torcidos, bienestar en miseria, desarrollo decadente, progresismo retrocesor, mejoría periclitada, socialismo sanchista, respeto insultante, libertad avasallada, ecologismo destructor, bienestar del estado para sustituir al Estado de Bienestar, y unas cuantas “normalidades” más.
Deciden esquilmar al trabajador, al emprendedor, al eficiente para comprar votos a costa de ellos y de los pobres olvidados. Acciones de nepotismo elevado a la potencia infinita.
Ha decidido regalos a Bill Gates, al marroquí que nos lo restriega en la cara, a Putin que se burla de España y a otros “mendigos” de los que espera su personal recompensa.
Activa, con mucho dinero impuestado, chiringuitos sin número y sin límite de gasto; siempre y cuando le aseguren el voto así cautivado.
Decide prometer y empeñar lo contrario de lo que hará. Actuar sí que actúa contra la integridad de España, contra el bien común en todos los órdenes. Se decide por unos bienes que nada tienen de comunes.
Detengo la retahíla que sigue sin término porque deciden y hacen el mal sin límites de tiempo, de dinero, de engaño. Cada día más y peor. Sin límite ni medida es ya la deuda que pagarán nuestros hijos, nietos y biznietos. Deuda por despilfarro, por excesos, por votos, por chiringuitos, por compras a plazo personal y nepotismo ad infinitum.
Jamás será superado en decidir y hacer entuertos y males al pueblo. Quisiera que nunca, jamás dijese una nueva verdad tan costosa, tan absurda, tan dañina. Siga mintiendo en todo y para todo, nos cuesta nada el descrédito y la vergüenza ya acumulados. España prefiere dormir hasta que la pesadilla termine; que esa pesadilla se desplace a territorios europeos, o mejor, allende los mares.
Deseo fervientemente que la Pajín y la Aído le hagan un nido donde incube otros males, pero lejanos, aunque repercutan como horrísonos truenos en el espacio sideral. El daño será mundial, pero se reparte mucho más. La infinita estupidez de los lobbies que nos manejan se merecen tener lo peor entre sus filas y sus comandos. Les regalamos a nuestro decidido actor.
PS decide y actúa y su gobierno le respalda incondicional, son cooperantes necesarios. ¿Cuántos? ¿Todos? ¡Tantos! ¿Es que están todos abducidos? No, es que son todos de la cuerda y participan de suculentos beneficios a costa de los españoles. Tenemos un gobierno que decide y actúa para el bien propio y el mal común. O sea, lo más opuesto que hay a un gobierno como Dios manda, serio, eficiente y volcado en el bien común. Visto y constatado.
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