Fue en México a mi regreso a Nicaragua en 1976, que me quedó preclaro, no el principio, sino en un nacimiento fluyente en hechos letrísticos de futuros redimidos inmortal, por las astucias de mi incipiente pohesía, cuentos, brevísimos fragmentos letreros, y etc. En esos momentos arañaba mi propio sueño, entierro, pohesía, cuento, ensayo, y etc., vestido de medio luto, porque era un pinche sueño apenas; pero con un ánimo entonado, con los mejores ritmos y bemoles, sostenidos y encaminado a fiesta venidera, por la grata oportunidad que facilitaba en ese momento, las hojas, pluma, tintero en el diario cotidiano.
Entonces, los morrales de libros que veía en las librerías, era desbordante, desorbitantes, y yo con una simple libreta sucia, de apuntes, un lapicero del mas barato, porque no se tenía para otros,y uno que otro viejo libro cargado debajo de las axilas. Pero, era todo lo mejor, que se disfrutaba al máximo como un buen manjar. Para ese entonces, el libro de la realidad era y sigue siendo contundente, pues desde su lectura en cada página diario es un gran libro que escriturar, pues la misma realidad ya trae inventado los temas al escoger a gusto. pero, eso sí, cada quien lo hace a su manera. Para mí en esa época de inquietud por leer y escribir, era un inmenso sabor.
Durante años iba tomando notas, en libretas y cuadernos de 100 páginas, algunos me los robaron, pero ni modo, la vida y el tiempo continuaba, estuviese vivo o muerto. Era toda una estructura cada día que pasaba y pasa, es un párrafo inmenso, es arte, con tono, semi tonos, estilo, ritmo, longitud, y lo demás es placer por escribir para ir rellenando el alma, el más íntimo secreto, solitario y con sólo la compañía de la soledad y los ruidos percibidos y la imaginación para echar a rodar, componer, recomponer el párrafo de ese inmenso día. incluso, logré entender que uno no puede quedarse insertado corrigiendo la obra -libro, cuento, pohesía, teatro y etc.- por el resto del tiempo que asoma en venir, pues el rigor se impone para terminar la obra.
En consecuencias, las artes son como cada día, que, no tiene ni principio ni fin, siempre continúa, por eso he expresado que cada página del día es una hoja, párrafo inmenso, en donde hay de todo y para todos. Y si no fragua para ciertos, para otros si es posible, es asunto de gusto, simpatía, con eso le digo "cuasi todo", pues las experiencias en su mayoría siempre nos enseñan y nos dice, que es mejor y más saludable empezar de nuevo, que irse por otro camino o tirar al cesto de la basura hermosas obras de arte que a éste no le gustó, no es consolación es una simple y llana reacción en todos los tiempos idos y no idos.
Pohema
¡SANTUARIO DE LAS ARTES!
Ayer, antier, hoy y siempre, cuando vi, mis pensamientos y las letras, artes, encontré un camino inexpresable, inexplicable y tortuoso, y por vos y ti; quizá (s) lo hubiese gesticulado con palabras, pero pudo más lo que no pudieron, ni podrán interpretar, corroborar, colegir con hermenéutica letrística, ahí, así pernocta el sabor de las artes que nunca pierden, se enriquecen.
Entonces, considero, no hay que idear borrascas para naufragar entre letras y letras, y/o dentro de todas las artes, pues no. Hay que caer a la cuenta, que lo único sucedido es que, se ha perdido de vista ese noble horizonte, por ello, no hay que sufrir ataque de pánico, la única y posible presuntamente explicación, es que todo queda en sala de espera. Quizá (s)
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