Actualmente una Europa envejecida agoniza geopolíticamente y económicamente siendo la cuna de un obituario con fecha predeterminada. No lo deseo, nada más lejos. Es una realidad que no se puede esconder ni disimular.
El líder más poderoso del mundo es hoy por hoy Xi Jinping y a la altura del mismo Julio Cesar, Winston Churchill o el mismísimo Abraham Lincoln.
Un nuevo reinicio del nuevo mundo y la nueva política global nutrida por la economía, como alimento principal.
A pesar de todas las tensiones económicas, sociales y de política exterior que se están sucediendo en el mundo que se está deteriorando y especialmente de una Europa que se consume y se disuelve en un “glorioso” pasado, un fantasma que recorre los caminos de la historia es China la que está trabajando por elaborar unas políticas destinadas a mejorar las relaciones diplomáticas tan complejas en la actualidad.
A pesar de sus contactos con Vladimir Putin, pues es el único contertulio que admite en estos momentos desde lo sucedido en Ucrania. Intenta disuadirlo su terquedad y lo aboca a desentenderse, no de Rusia, si de su dignatario al que lo tilda de desesperado y falto de visión. Está luchando por ser ese motor que precisa el mundo en estos momentos y con los claros objetivos de crecer económicamente un 6 % en este año.
Diplomáticamente intenta apoyar a esta Europa que está pasando estos momentos tan críticos y especialmente en unos momentos en los que la política rusa sigue unas políticas tan erráticas y vacilantes.
Son muchas las voces discordantes contra el presidente ruso en el mismo y, de hecho, ha sido el mismo Financial Times, el que ha hecho eco del mismo, lejos de toda duda. El problema no es Rusia, víctima de las últimas decisiones de su presidente.
Muestra una clara desconfianza de Moscú siendo consciente que todo esto afectará directamente a su población ante la, casi inevitable derrota en el conflicto con Ucrania. Esto disminuirá su capacidad lo mismo que en Europa, cuna del conflicto. Por eso China intercede para amortiguar esas devastadoras consecuencias, pero para ello precisa del apoyo de Estados Unidos, que recientemente con el problema del globo ha enturbiado ligeramente.
Esperemos que todo se aclare y que las buenas voluntades e intenciones nos retorne a la estabilidad ante los nuevos retos futuros.
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