El plan de vivienda de Pedro Sánchez es meramente electoralista, a la vez que contradictorio y sin garantías de éxito. A algunos, llegadas las elecciones, y ante el nerviosismo de hacer el ridículo, se les llena la boca de pisos y lo mismo les da decir treinta mil que cincuenta mil. Lo que sí se echa en falta es un plan que contenga medidas claras, sin contradicciones y, a ser posible, que esas estén contrastadas; a ello hay que añadir que los objetivos del plan tenían que ser viables –los anunciados en la Ley de vivienda no lo son- y seguros en el grado de ejecución y consecución.
El plan de vivienda presentado por Sánchez forma parte de la gran mentira que en él es habitual, aunque la ciudadanía ya se ha hartado: prueba de ello es que su persona genera rechazo y desprecio en la calle y en la televisión, incluso entre algunos de sus barones. «¡Quita la tele hasta que ese animal se vaya de ahí!», decían el viernes en una cafetería del centro de Valladolid. «Parece que te han regalado esa televisión porque siempre aparece ese mamarracho con falsedades y disgustos. Fíjate, hasta en la mirada se le nota que miente», aventaba ayer una encopetada clienta en los televisores en exposición de El Corte Inglés.
Claro que, sin llegar a ejemplos concretos, nos hubiera servido el hecho de comprobar que el programa de salir a la calle bajo el lema «El Gobierno de la Gente» hubo que suspenderlo porque los improperios contra el «okupa de La Moncloa» iban «in crescendo» día a día. Al final, la ciudadanía llegó a la conclusión de que era «El Gobierno de la Peste», algo que podrá comprobar Bolaños a gran escala cuando, el día 2 de mayo, llegue de gorrón a la Puerta del Sol o aparezca sin invitación en la parada militar y entrega de medallas. Ya le está esperando Joaquín Leguina para ponerlo frente al espejo, ahuyentarlo llorando y con el rabo entre las piernas, que es como sus correligionarios salieron de España en marzo y abril de 1939.
La última memez del presidente-okupa ha sido la de anunciar 20.000 viviendas para el alquiler social en suelos del Ministerio de Defensa. Hay provincias, como Valladolid, donde sí hay esos suelos disponibles, pero sin gestionar y abandonados por Defensa. Hoy por hoy están en «manos muertas» por la deficiente gestión que viene demostrando el gobierno socialista y la inacción de Defensa. Eso sí, quisiera saber dónde están esos terrenos por el resto de España y en qué plazo se van a construir las viviendas porque mucho me temo que, pasadas las elecciones del 28 de mayo quede todo en agua de borrajas. Hay decenas de ejemplos con los que ha sucedido eso.
El plazo de ejecución ni siquiera lo sabe el gobierno de Sánchez. Se quedará en anuncio, como podrán comprobar más adelante. ¿Acaso el presupuesto de vivienda va a pasar aDefensa? Pasamos las partidas presupuestarias tan alegremente ahora que no hay prevaricación. Nos vamos a reír de lo lindo si se diera esa forma de trasvase presupuestario. ¡Manda huevos!
Recuerden el dicho de «prometer hasta meter y, una vez metido, nada de lo prometido». Pues así actúa Sánchez, a quien hace tiempo que le tomamos la matrícula. Y es que anunciar inicialmente aquellas 50.000 viviendas de alquiler con las viviendas del Sareb, no sé si considerarlo «un acto fe», como decía el director de El Economista, o un atentado a la desinformación y la deformación de la gestión administrativa. Un estudio detenido de lo ofertado demuestra que apenas 7.000 viviendas están en disposición de salir al mercado, pero en muy malas condiciones; de momento no hablaremos de cómo está el resto hasta las famosas 50.000 anunciadas.
Quien piense que se va a resolver el problema de la vivienda con el anuncio del presidente okupa de La Moncloa, está muy equivocado y desinformado. Esas 7.000 están en zonas nada demandadas, además de estar en zonas distensionadas. Pero voy más lejos: el Sareb ha ofrecido promociones a muchos Ayuntamientos y estos no las quieren, ni siquiera gratis, porque están a medias, los recursos son muy limitados y la demanda es cero. El presidente nos vende humo negro: ni una sola vivienda se ha construido en La Palma y el gobierno ha dejado abandonada a la población que sufrió por la erupción del volcán. «Todos los afectados tendrán su casa nueva», decía el mentiroso e impresentable presidente. Y ahí llegamos.
Pedro Sánchez ha vendido la piel del oso antes de cazarlo y, tanto Feijoó como la prensa no subvencionada, le han puesto un duro correctivo. Tras tantas fanfarronerías, mentiras, trampas y retorcimiento no entiendo cómo le sigue funcionando de cara a los titulares de prensa y otros medios. ¿Cuántas viviendas públicas se han construido con Sánchez? Nada de nada, pero con Mariano Rajoy también hubo un parón monumental, incluso el Plan Vive de Madrid (15.000 viviendas) ya lleva camino del fracaso. Un dato: el Caudillo construyó casi 4.500.000 viviendas y sin agobiar a impuestos a la población, ni crear inútiles chiringuitos de compra de votos. Otro día hablamos de la vivienda protegida para que conozcan cuál es la situación real y como ha caído de 82.000 en 2007 a menos de 10.000 el año pasado.
Quiero que el presidente demuestre con hechos lo que dice, pero su torpeza no se lo permite. La ciudadanía no va a consentir más «okupaciones» y se van a poner (nos vamos a poner) la ley por montera ya que ésta no nos protege. En adelante, los «okupas» saldrán por lanzamiento privado y ya se organiza la población en grupos de presión; alguna familia de «okupas» ya ha salido por la ventana, por aquello del «lanzamiento». En TV escuché a un ciudadano: «si ‘okupan’ mi casa iré a prisión. Lo tengo muy claro». Creo que en esa frase hay profundo contenido y una reflexión de calado. Pensamiento que compartimos el común de la ciudadanía.
Con la Ley de Vagos y Maleantes en vigor tendríamos resuelto el problema de la «okupación». Con el plan de vivienda de este desgobierno tendremos para 25 años. ¿Acaso piensa el felón Pedro Sánchez quedarse en La Moncloa hasta 2048? ¡Ni de coña y menos ahora que Mohamed VI ha comenzado a enviar a los gobiernos europeos y cancillerías el contenido capturado por «Pegasus» en el móvil del felón!
En fin, ya ven que Mohamed VI seguirá siendo el vicepresidente del gobierno socialista de España, con poder y autoridad para cesar ministros y condenar ministras. Cosas del chantaje. ¡No la hagas y no la temas, Pedro!
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