Para Juan Carlos Vásquez Pérez
¿Necesitas en tus manos sostener la llave o la estrella para volver a ser? La tienes. Deja que el bosque se queme y los pensamientos regresen a casa. Las ramas que se quebrantan fácilmente nunca existieron. Siente el olor que perdura en los campos del dolor, ¿lo reconoces?
La vida se resiste al yin-yang, nada complementa. En la amistad del conocimiento los colores parpadean en silencio, llueve la melancolía. Los ojos de lo temible se aproximan. Hay flechas que son bocas y dan justo en el blanco, con la precisión de un aerolito en la galaxia.
Crece el nenúfar en el país de la duda, la valiosa lámpara que traza el camino hacia el laberinto. Mientras no estás, el Minotauro escala las paredes y cerca a las manecillas. El tiempo se dispara hacia atrás y te mira. No creas que lo sabes, sólo cree que no sabes.
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