En las pasadas elecciones autonómicas y municipales los españoles les hemos entregado a la DERECHA (PP y Vox) un mandato para que lo cumplan y es que gobiernen en España, porque ya estamos hartos de las trapacerías del PSOE (entiéndase Pedro Sánchez y su camarilla de conmilitones).
Con ello hemos dejado bien claro que no queramos ser regidos por los socialistas. En los mítines electorales hemos oído hasta la saciedad que la DERECHA, sobre todo los mencionados más arriba, que su propósito es echar del Gobierno a Pedro Sánchez con su caterva de corifeos. Hasta aquí todo bien, por ello el PP y VOX, allí donde ha sido necesario, han pactado para lograr esa finalidad; sin embargo, hete aquí que los dirigentes de los partidos mencionados se están enredando en Extremadura, de tal manera, que puede que, habiendo conseguido entre los dos votos suficientes para ello, no lleguen a gobernar. Fernández Vara que está a la que saltas, aún tras haber dicho que volvía a su profesión de forense, muy digna y merecedora de encomio, por cierto, y se apartaba de la vida política activa, al contemplar el guirigay de ambos partidos de derechas, ha dicho “esta es la mía”, y presenta cara a ambos, proponiéndose volver a gobernar a los extremeños; muchísimos son los que le han votado No soy analista político, pero entiendo que el lamentable espectáculo que están dando los mencionados al no llegar a un acuerdo, es tan vergonzoso que, hasta un desvergonzado se sonrojaría, y pueden llegar a una situación que posiblemente perjudicaría a ambos. Es inadmisible que habiendo manifestado los extremeños que quieren ser gobernados por la Derecha, por falta de entendimiento y voluntad de acuerdo, los harten y provoquen unas nuevas elecciones con la incógnita sobre el más votado que siempre provocan éstas, y ambos se lleven una desagradable sorpresa. Que dos niños en el patio de un colegio disputen una pelota, es normal, admisible y, hasta cierto punto, lógico, son niños que hoy se enfadan y mañana no pueden pasar el uno sin el otro, pero que personas que han sido elegidas por los ciudadanos para que rijan sus destinos y solucionen sus problemas hagan lo mismo y defrauden a quienes los han votado es decepcionante y bochornoso. Lo que tienen que hacer es ponerse a jugar, formando un equipo, porque el árbitro (los extremeños) les han dicho que jueguen ya que su voluntad es que lo hagan juntos. Si no lo entienden así y provocan una desconocida situación con nuevas elecciones, puede ser que no los dejen ni salir al campo. Es una especie de axioma, admitido generalmente, que los pueblos tienen los políticos que se merecen. Discrepo de ese aserto. ¿Se merecen esto los extremeños, cuando han manifestado mayoritariamente su voluntad? ¿Nos merecemos los españoles que una persona tan falaz, engañosa e indigna, como Pedro Sánchez nos gobierne?
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