Soy un defensor a ultranza de cualquier forma de vida. Todos los seres creados cumplimos un fin y propósito en el acontecer de la Humanidad. Desde el macrocosmos al microcosmos todos hemos de realizar y llevar a cabo la función para la cual hemos sido originados. No soy budista ni creyente en la metempsicosis[1]. Me cuesta mucho trabajo admitir, además lo considero como un absurdo, que, después de que fallezcamos, según hayan sido nuestros méritos o deméritos en esta vida, se nos premie o castigue con la migración y encarnación en otro ser superior o inferior al que hayamos sido en la vida presente. Eso no quiere decir que no respete la existencia de cualquier ser viviente. Desde el más insignificante de los animalejos que pueblan este lugar en el que vivimos, como puedan ser las moscas de las fosas sépticas que nos pueden acarrear infeccionas por el lugar en el que habitan, hasta el más mastodóntico animal, tal puede ser el elefante, todos merecen que respetemos su existencia, ya que no tenemos algún derecho a privarles de su existencia. Dicho esto, quiero dejar constancia de que defender cualquier forma de vida es importante y necesario, pero lo es, sobre todas las existentes,la del ser más indefenso y desvalido de los humanos: el no nato. Quien propugne su aniquilación, me tendrá en contra con la más beligerante de mis posiciones. Se mire por donde se mire y se esgriman todos los argumentos falaces e inicuos para defender la privación de la vida del ser humano que se está formando en el vientre de la gestante, ello no deja de ser un asesinato. El posicionarse en su contra no es cosa de creencias religiosas, es postura y mandato de la Ley Natural, que, por principio manda que no se ha de aniquilar la vida de un semejante. Las religiones aquí no pintan nada, y si se trata de que tomen posición, ha de ser la de la defensa de la vida. Hay quien esgrime que toda mujer tiene derechos y puede tomar decisiones sobre su cuerpo. Totalmente de acuerdo, pero la criatura que porta en su vientre no es parte de su cuerpo es un ser que se está formando, y la Naturaleza, sabia en todo, ha dispuesto que el vientre del animal hembra sea el receptor de un embrión que, transcurrido el tiempo necesario saldrá a la luz y se convertirá en una persona a la que no se le podrán negar, como tal, ninguno de sus derechos, siendo el principal de ellos el de la vida y esa persona es tal desde el primer momento de su concepción. Hay muchísimas publicaciones científicas que afirman esto. Posiblemente soy un ignorante y un simple, pero me gustaría que alguien, experto en la materia, me explicase la diferencia que existe entre un embrión recién formado y un feto de seis o siete meses. Creo que ambos son la misma cosa, pero modificada con el paso del tiempo, y que, transcurridos los meses necesarios, buscará la salida del vientre de la madre, y tendremos una persona más en el mundo. Es digno de escarnio y vergüenza el giro de 180º grados que ha dado el PP con el paso de los años. Rajoy en su momento recurrió la Ley de plazos de Rodríguez Zapatero, pero cuando gobernó, no la abolió, traición manifiesta e incongruente. Feijoo dice: El aborto "es el derecho que tiene la mujer de acuerdo con la ley, y sólo dentro de la ley", y remacha: "no vamos a coaccionar a quienes quieran abortar". De Perogrullo, ¿cómo puede tener una mujer derecho a eliminar una vida independiente de la suya? Nadie puede arrogarse esa potestad. No se trata de coacciones, sino de legislar prohibiendo el infanticidio, lo mismo que se castiga el homicidio. Feijoo, en las próximas elecciones no esperes que los defensores de la vida te votemos. Te va a salir caro, aunque ganes las elecciones. Arguyo: El aborto es un asesinato. La ley no puede validar la muerte de un ser humano, luego esa ley es contraria al Derecho natural, que prohíbe la privación de la vida a cualquier criatura, siendo este una doctrina ética y jurídica que postula la existencia de derechos fundamentados o determinados en la naturaleza humana. Y propugna la existencia de un conjunto de derechos universales, anteriores, superiores e independientes al derecho escrito, al derecho positivo, al derecho consuetudinario, llegando a dar el fundamento a la obligatoriedad de la norma y la legitimidad del poder. En una palabra, está por encima de cualquier otro derecho.
[1]En algunas religiones, reencarnación del alma después de la muerte a otro ser vivo o a otro cuerpo inanimado en función de los méritos alcanzados en la existencia anterior. P. ej.: los antiguos egipcios creían en la metempsicosis.
|