Al parecer no corren buenos vientos por el partido de Abascal y ya son incontables plumas las que han señalado las posibles causas que han influido hasta llegar a ésta molesta situación.
Como es natural, las hay razonables y otras no tanto, pero la cruda realidad es la que es y sería deseable que se solucionara todo de la mejor manera. Una vez dicho lo que antecede a mi me gustaría opinar también, pero desde un punto de vista más práctico y sin meterme en camisas de once varas (léase política) como se solía decir con frecuencia cuando yo era adolescente.
Pienso que los dirigentes de Vox no han sabido leer los resultados que han obtenido -unos y otros- en las elecciones a pesar de tener entre sus filas expertos matemáticos. Y al no haberlo hecho correctamente han estado fuera de la realidad.
La frialdad elocuente de los resultados lo dice todo: Han perdido 19 diputados, pues tenían 52 y han obtenido 33; es decir, el 36%. Y cuando esto sucede no se puede ir culpando a nadie porque son los electores quienes introducen las papeletas en las urnas. La marcha de Espinosa de los Monteros y de Steegmann han creado un malestar en el partido que ha quedado (permítaseme la licencia lingüística) momentáneamente steegmatizado.
Esperemos que se recuperen porque es un partido constitucional que podría aportar a España unos buenos servicios.
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