El diccionario se equivoca, dice: “Partido liberal que promueve las libertades públicas”. El sanchismo, en cambio, lo tiene claro. Su principio básico es degradar el Estado de Derecho para que sólo YO tenga todo derecho sobre el Estado. ¡Y le funciona! porque le votan muchos y le apoyan muchos más. Así, pues, sigue con sus planteamientos progresistas que son:
Lo primero soy yo, después yo y siempre yo; después viene progresar yo y hablar de mi progreso, como si fuese el de todos los demás.
Enunciar, mencionar y encumbrar progreso y ser progresista, hace que el pueblo se lo crea, se lo creen los ignorantes, los mentecatos, los fanatizados, los zafios y los cándidos. Ya con esos es suficiente.
En los frecuentes mítines, bien rodeado por todos los anteriores, sublimar progreso contraponiéndolo a historia, tradición, desarrollo, cultura tradicional, derecha, religión, familia, recto criterio, valores eternos, bien comun, respeto, honradez, patria, trascendencia, justicia, honor y verdad. Todo eso es anticuado y no es progresismo.
Cambiar de opinión en todo lo que se ha emitido opinión cierta y segura, con énfasis repetido y “convicción”.
Funcionar con nepotismo, colocando, recolocando y promocionando a todo amiguete, valga o no valga. Lo que importa es que trabaje para mí porque el progreso es para nosotros los que podemos hablar por experiencia propia de progreso.
Los impuestos directos, indirectos y, en especial los abusivos que pudren la convivencia, son progresismo pues nos ponen en la cima y podemos seguir progresando porque pagamos bien a todos los que progresamos.
Progresando hemos producido la generación sin esperanza; jóvenes sin perspectivas de trabajo, de familia, de casa, de sueldo digno, de jubilación a su tiempo ¿qué hacen estos jóvenes que no están ya en revolución y luchando por su dignidad robada? Muchos de ellos ni se enteran porque sueñan en progre, obnubilados por fanatismo y engañados con suma vileza.
Progresismo es esquilmar a todo el que percibe un sueldo para que con sueldo no progrese. Con lo esquilmado progresamos los progres, eliminamos clases medias que no son progres y progresamos los que sí. De este modo multiplicamos los pobres, los vulnerables, los dependientes a los que utilizamos para progresar.
Como progresistas practicamos la cultura de muerte. La gente debe pedir y practicar la eutanasia; así se cosechan muchos órganos humanos para trasplantes, de modo que los progres pueden tener recambios baratos a la vez que quitamos del medio a quienes gastan recursos sanitarios y otros.
Los progres hemos asimilado la ideología género que nos ayuda a engañar, sojuzgar, pervertir, desfigurar, falsificar y hasta aniquilar a todo el que podamos ilustrar en ella, especialmente a los niños en la escuela. Es la mejor forma de deformar generaciones que nos permitan el progresismo selectivo.
¡Es que al progresismo no se le escapa nada! Nada que pueda ser del máximo daño al país, a la sociedad general, a la familia y a cada individuo que no esté en nuestro núcleo progre. Todo ello queda tapado y bien tapado con la mentira, la ocultación, el disimulo, el secretismo oficial, el cinismo y la palabra del capo progre. Los fanáticos papanatas y los papanatas progres tragan con todo cuando les dicen que es progre, o sea, partido progresista.
Progresismo es ir hacia delante en todos, y más, los aspectos de la vida, de la muerte, de la política, del despilfarro, del desgobierno, de la estupidez más retrógrada y miserable que han visto los siglos. El sanchismo como adalid y abanderado de ese progresismo.
Hay muchos más planteamientos progres en proceso y evidentes por todo el país, pero no quiero cansaros más, todos los conocemos. Por eso España está donde está, está como está y sin remedio hasta que Dios quiera.
A los mayores no progres, nos tiene más que asustados sabiendo que a nuestros hijos, nietos, biznietos y tataranietos les será muy difícil la vida, más difícil recomponer España y pagar las infinitas deudas amañadas por los progres.
¿No sería recomendable impulsar a nuestros descendientes a que emigren para que sean los progres quienes paguen y sufran a manos de los invasores? De paso, que sean ellos quienes manden al infierno a los que les enrollaron en progresismo sanchista. Para nada queremos que la alternativa sea otro 1936 como parece que están buscando.
¿Quién utiliza mal el concepto partido progresista, el diccionario o Sánchez?
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