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La hormona del factor de crecimiento de la insulina IGF-2 es un potencial biomarcador en el diagnóstico de la depresión

Esta investigación pionera, podría ayudar en la toma de decisiones clínicas para mejorar el seguimiento y respuesta frente al tratamiento antidepresivo
Redacción
miércoles, 25 de octubre de 2023, 11:58 h (CET)

El mecanismo de diagnóstico y evaluación de la depresión, así como de otros trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia o el trastorno bipolar, se basa en una serie de test subjetivos que evalúan la sintomatología de los pacientes. Con el fin de lograr un diagnóstico preciso, el grupo de Investigación Traslacional en Enfermedades Neurológicas (ITEN) del IDIS acaba de publicar un trabajo en el que determinan posibles biomarcadores que permitan cercar el diagnóstico de los pacientes y ofrecerles así un tratamiento eficaz.


El trabajo muestra por primera vez el rol potencial del IGF-2 como biomarcador periférico en depresión, “lo que podría ayudar en la toma de decisiones clínicas para mejorar el seguimiento y respuesta frente al tratamiento antidepresivo, permitiendo así una medicina más personalizada y de precisión”, señalan. Además, como menciona el investigador del grupo ITEN, Roberto Agís Balboa, “se encontraron correlaciones de los niveles de estas proteínas con el estado cognitivo y de la memoria de los pacientes, lo cual podría relacionar la depresión con otra de la cual es un factor de riesgo, la enfermedad de Alzheimer, en la cual la señalización IGF también está alterada como muestra algún trabajo científico que hemos publicado anteriormente”.


Roberto agis y carlos fernandez

Roberto Agís y Carlos Fernández, investigadores del grupo ITEN del IDIS


El estudio fue elaborado por los investigadores del grupo ITEN del IDIS, Carlos Fernández y Roberto Agís. El trabajo postula que las alteraciones en los niveles de esta hormona pueden dar indicios de que una persona sufra o no depresión. “Encontramos que los niveles periféricos de la hormona IGF-2 (factor de crecimiento similar a la insulina 2) estaban elevados en pacientes con depresión en comparación con personas sanas, pero después del tratamiento antidepresivo estos niveles se redujeron significativamente. Tras el tratamiento antidepresivo las mediciones revelaron que las proteínas de unión IGFBP-3 e IGFBP-5 se habían reducido notablemente, mientras que la IGFBP-1 se mantenía prácticamente inalterada. No obstante, IGFBP-7 se mantuvo todavía más elevada tras el tratamiento”, señala el autor del estudio Carlos Fernández.


Relación con el alzhéimer y el neurodesarrollo


Aunque ya existían estudios en torno a la IGF-1, “esta investigación es pionera en la investigación de este otro miembro fundamental de esta familia de los factores de crecimiento similares a la insulina y que hasta ahora permanecía todavía inexplorado en el contexto de la depresión humana: el IGF-2”, señalan. Además, también se estudiaron algunas de las proteínas de unión o IGFBPs (IGFBP-1, IGFBP-3, IGFBP-5 e IGFBP-7) a las que viaja unidas y que regulan su acción.


El factor de crecimiento de tipo insulina tipo 2 (IGF-2) es una hormona de estructura similar a la de la insulina, que juega un papel importante en el crecimiento fetal y que también se estudia en distintos tipos de cáncer. Esta hormona también cumple funciones vitales en el neurodesarrollo y guarda implicación en los trastornos psiquiátricos, así como en las enfermedades neurodegenerativas como el Alzhéimer, que cada día están siendo más investigados. Entre sus múltiples funciones beneficiosas destaca que posiblemente actúa como un potenciador de la memoria, además de promover la mejora del estado cognitivo y en definitiva actuar como un agente neuroprotector.


Monitorizar la depresión


El grupo investigador de este trabajo midió de forma periférica estas proteínas en pacientes con diagnóstico de depresión que habían sufrido un episodio depresivo. De forma que, en el momento del ingreso hospitalario además se midieron diferentes test subjetivos que aportaban información de la severidad de la depresión, el estado de anhedonia, el panorama cognitivo general y la memoria episódica. Durante 19 días, en promedio, estos pacientes estuvieron bajo tratamiento antidepresivo y al recibir el alta se realizaron de nuevo las mismas mediciones.


Por lo tanto, este trabajo que estudia los niveles de IGF-2 e IGFBPs periféricos puede suponer un esbozo de la situación del cerebro que es un órgano de difícil acceso y, por ende, aportar información interesante sobre los mecanismos inherentes de la depresión y una forma de monitorizarla de una forma rápida, sencilla, no invasiva y económica. No obstante, los investigadores apuntan que los resultados “deben ser interpretados con cautela y sin duda, investigaciones futuras deberían estar orientadas a profundizar en el papel y estudio de los mecanismos de señalización IGF en depresión y otras enfermedades, incluso como ya se ha demostrado en modelos animales como posibles dianas terapéuticas que puedan revertir las conductas depresivas”, en sus palabras.


Un estudio pionero


El autor principal del trabajo es el estudiante predoctoral Carlos Fernández Pereira cuya tesis doctoral está dirigida por la Dra. Saida Ortolano del Grupo de Enfermedades Raras y Medicina Pediátrica del IIS Galicia Sur y por el investigador del Grupo de Investigación Traslacional en Enfermedades Neurológicas (ITEN) del IDIS, Roberto Carlos Agís Balboa. El trabajo acaba de ser publicado en la prestigiosa revista International Journal of Molecular Sciences (https://doi.org/10.3390/ijms242015254) con el título “Protein Plasma Levels of the IGF Signalling System Are Altered in Major Depressive Disorder”.

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