¿De verdad que Feijóo no va a parar hasta que haya nuevas elecciones? Nos produce inquietud ver las concentraciones de protesta contra el Partido Socialista y los ataques contra sus sedes. Nos produce temor ver al primer partido de la oposición, el más votado, sí, pero que no ganó las elecciones, enarbolando banderas de nuevas votaciones. ¿Hasta cuándo?, ¿hasta que le favorezcan? ¿Ese será el momento del acierto de los votantes y la hora de formar un gobierno que presida Feijóo?
Yo creo que se esperaba algo más del dirigente popular. Si un dirigente político agota la paciencia de sus votantes es malo y va camino de conseguirlo. Y para seguir las instrucciones de este dirigente que convoca a la gente en la calle sin cesar, que nos agota la paciencia, va ser difícil decirle sí todo el tiempo.
Pero el presidente de los populares no hace esto solo. Va acompañado y dirigido por el ex presidente José María Aznar. Uno y otro se ve que no participaron en la Transición. Ni uno ni otro tenían edad política para hacerlo. Si lo hicieran, sabrían que este no es el correcto proceder para alcanzar el poder. A uno le mueve el afán de alcanzar la presidencia del país, al otro lo mueve el rencor de ser descabalgado del sillón, cuando lo abandonaba por su propio pie y trastabilló. Quería salir como ejemplar en el año 2004 y no lo pudo hacer. Guarda rencor. Se le nota mucho.
El Congreso de los Diputados elige al presidente y sean cuales seas las cuestiones acordadas entre los grupos parlamentarios, veremos cuáles son los pasos a dar. En primer lugar, esos pasos se deberían dar en las instituciones. ¿Por qué no empezar por renovar con el acuerdo requerido entre PP y PSOE el gobierno de los jueces?
En segundo lugar, observemos cómo avanzan los acuerdos de esa mayoría articulada en el Congreso y que salió de las urnas el 23 de julio.
En tercer lugar, Feijóo tendrá la calle toda para él, todo el tiempo, si, para reclamar lo que tenga que reclamar. Pero la gente de la calle sabe poco de qué van los acuerdos y es fácil de manipular. ¿Hasta dónde quiere llegar Feijóo? ¿Sabe cuál es el siguiente paso a dar? ¿Está seguro de ello? Cree que la movilización de la calle le va a llevar a la Moncloa, pero cuidado. Si ese es el camino elegido puede que no entienda que la confrontación trae confrontación y más frustración y la gente se cansa enseguida de los políticos que no prevén el futuro o que viven de préstamos; en este caso de préstamos de un presidente mal recordado por su gestión, especialmente en el plano internacional, asociándose con Bush en una guerra absurda.
¿No era Feijóo el moderado? Pues no lo parece. Quizá nos haya ocultado algo a lo largo de estos años con su actitud, quizá tenga dobleces que no alcanzamos a ver mientras era presidente de Galicia. Pero, ojo, no vaya a ser que el Partido Popular tenga que cambiarlo antes de las nuevas elecciones. Las derechas están muy ansiosas de mando, e igual que dicen hoy A, mañana dicen B, y punto. Lo que tienen claro las derechas es que el poder les pertenece. Es algo inherente a su forma de ver la vida.
Al otro lado de la valla está la amnistía. Es una palabra que suena bien, que trae paz, que trae perdón y olvido. No queremos volver a los años de gobierno de Rajoy, no queremos una España contra Cataluña. Queremos a Cataluña con nosotros, ayudándonos a gobernar, si, a gobernar, si hacen falta sus votos. No se rasguen las vestiduras, señores del PP, ustedes saben bien que es así.
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