Unos tres millones de personas mayores viven solas actualmente en España, un segmento de la población que se prevé que represente el 36% de los españoles en 2050.
Así se puso de manifiesto este jueves en el acto ‘Claves para el progreso social’ celebrado en CaixaForum Madrid, donde se presentó el estudio ‘Dinámica de la pobreza multidimensional en España y otros países europeos’. En el evento estuvieron presentes la directora general adjunta de la Fundación "la Caixa", Elisa Durán; su subdirector, Marc Simón; y el presidente del Consejo Económico y Social de España, Antón Costas.
En España, actualmente 2,4 millones de chavales residen en hogares por debajo del umbral de la pobreza, lo que equivale al 29% de menores de 18 años. A ello se añade que el 28% de los jóvenes está en situación de desempleo.
A su vez, casi tres millones de personas mayores viven en situación de soledad, un segmento de la población que se calcula que represente el 36% de los españoles en 2050. Del mismo modo, alrededor de 116.000 individuos requieren atención psicosocial al final de la vida.
Luego de analizar más de 20 países europeos entre 2016 y 2020 se aprecia que España no experimentó una reducción en la incidencia de la pobreza en ese periodo de tiempo, en contraste con lo sucedido en otros países de su entorno.
El estudio pone de manifiesto que las personas pobres en España tienen mayor riesgo de enfrentar nuevas carencias (hacinamiento, bajo sueldo, baja intensidad en el trabajo o mala salud) y menor probabilidad de dejar de sufrir las carencias que ya tienen, en comparación con las personas que no lo son.
INCIDENCIA POBREZA
El trabajo subraya que la incidencia de la pobreza multidimensional en España asciende a un 15% y apenas varió durante el periodo de observación 2016-2020; mientras que las personas pobres enfrentan múltiples carencias al mismo tiempo, y solo entre el 2% y el 10% de la población sufre privaciones en un indicador concreto y es a la vez pobre.
Las personas que sufren pobreza multidimensional suelen tener alrededor de 10 puntos porcentuales más de probabilidad de tener alguna privación adicional y hasta 20 puntos porcentuales menos de probabilidad de dejar de tener una privación existente, que las personas que no son pobres en situaciones similares. “Estos datos sugieren que las privaciones tienden a interralacionarse con el tiempo”, según el estudio.
A su vez, se observan datos similares sobre la interrelación de las privaciones en la mayoría de los demás países europeos, a pesar de que hay variaciones entre ellos.
También destaca que los programas de políticas bien coordinados pueden desempeñar un papel fundamental para ayudar a superar la interrelación de las distintas privaciones.
Ante esta situación, Elisa Durán atestiguó que Fundación "la Caixa" trabaja “desde la eficiencia y el rigor para que esta labor compartida tenga un impacto real y transformador en la vida de las personas”.
En la misma línea, Marc Simón señaló la importancia de “medir el impacto de las intervenciones” para “llevar a cabo una acción social duradera en todas las provincias de España”. En ese sentido, expuso que la Fundación primero identifica la necesidad, “luego le ponemos método científico y equipos cualificados y, por último, evaluamos el resultado de cada programa para así poder llegar al mayor número de personas posible a través de una sólida red de entidades e instituciones en el territorio”.
EXPERIENCIAS PERSONALES
El acto contó con la participación de algunos de los protagonistas del documental ‘Vidas contadas: 14 historias de superación’, que recoge el testimonio de personas en riesgo de exclusión que comparten sus aprendizajes en positivo tras atravesar distintas situaciones de complejidad.
Estas 14 historias formarán parte de un calendario (una historia por cada mes, además de diciembre de 2023 y enero 2025), realizado por el fotógrafo y exbecario de la Fundación "la Caixa" Xavier Menós.
En ese sentido, Bárbara Jota, participante del programa CaixaProinfancia que llegó a Galicia de Venezuela y que ha logrado llegar a la universidad, testimonió que “ahora me siento parte de algo después de sentir que no formaba parte de nada” y señaló que “la vida trata de descubrir cuál es tu poder y usarlo para jamás rendirte”.
Diego Saavedra, quien participa con la Fundación María José Jove desde que le detectaron esclerosis múltiple, adujo que “navegar a vela te hace olvidar lo que perdiste, lo que te falta, y llegar igualmente a puerto”; mientras que Rosa Morillas, que vivió el fallecimiento de su madre y que fue atendida por el programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas, explicó que “he aprendido a gestionar mis emociones y a mirarle al miedo a la cara. Me siento reconfortada”.
Por último, Mari Pepa Subieres, que vivió una situación de adversidad cuando perdió su trabajo con 61 años, con pocas perspectivas de volver a encontrar otro, y comenzó a colaborar con el proyecto ‘Mi cachito de huerto’, de la Asociación Imagina, afirmó que “gracias al voluntariado, pude ayudar a los demás, me volví a sentir útil y he vuelto a trabajar”.
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