Hoy no hablaré de mí, sino de él, el blanco de mi flecha, y sin embargo, no hablaré de él tampoco sino de ella, la que me lo sacó, niña, muchas gracias. Y no volveré a hablar de ellos dos porque hablaré de ellas, las que me han dicho que no me perdía nada.
Y ya intuía que no quedaría tiempo para hablar de nadie más, sino algo de mí, pero no hablaré porque estoy cansada y me voy a soñar con mi Simón y Pompona, el amor más puro y real que jamás conoceremos los humanos.
Felices fiestas a todos los animalistas del mundo, nosotros sí que no perdimos el tiempo.
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