Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Disyuntiva | Humanismo | Valores | Reflexiones

Múltiples fantasmas

No sólo haylos. Abundan y son cada vez más enrevesados
Rafael Pérez Ortolá
viernes, 2 de febrero de 2024, 09:49 h (CET)

Desde el humorístico “Qué fantasma eres”, a los fantasmas de verdad, se extiende un trecho enorme bien cubierto de curiosidades, asuntos importantes, ocultamientos flagrantes y supersticiones sugerentes. No se trata de ser exhaustivo ni preciso hasta la mayor finura; en conceptos como el de hoy, predomina el carácter evanescente tendente a lo desconocido. Aunque no se cubran con sábanas blancas, son notorios los efectos generados en el entorno de FIGURAS fantasmagóricas, se miren los aires individuales o los colectivos; ambos sectores compiten en expresiones y sensaciones cercanas a estos talantes. Surcan por terrenos resbaladizos, con matices, intenciones y consecuencias, sometidos a maquinaciones y contubernios interesados.


No es suficiente la presencia física de las cosas, las personas o los hechos en general; si no sabemos como referirnos a ellos, apenas hablaremos de contactos inexpresivos y por ello, sin ninguna posibilidad de entenderlos. El NOMBRE de cada elemento es básico para concretar su presencia; su desaparición, comienza a difuminar los elementos hasta hacerlos incomprensibles. Lo vemos claro en la mente de una persona cuando es incapaz de reconocerlos, ya vemos como se desmantela. En gran parte de las actividades actuales desaparece esa precisión nominal, por eso, el engrudo resultante es incomprensible. Desde la artesanía a las responsabilidades, de las relaciones a los testimonios, requieren de la denominación adecuada.


A pesar de las reiteradas referencias a la transparencia, hemos de contar con ella como un ente irreal e incorpóreo; algo falla en su concepto, ni presencia física ni correspondencia con los funcionamientos detectados en la sociedad. Al deterioro y desfiguración visto como malversamos el nombre de las cosas, le sobrevienen otras desapariciones similares, que contribuyen al agravamiento del desconocimiento general. En la pretensión de catalogar cuanto sucede, también necesitamos nombrar adecuadamente las ACCIONES experimentadas en cada ocasión. Ya comprobamos a diario como al perder esa cualidad nos adentramos en un panorama de ficciones caprichosas, sin saber a qué atenernos.


Aunque no sea de nuestro agrado basarnos en cuentos de hadas y duendes, no siempre funcionamos de forma tan diferente. Nos plantamos a diario delante de espejismos sugerentes cuyos mensajes carecen de base real. Las airosas proclamaciones no sostienen la mirada de frente, esconden los tigres interiores. Quedamos embadurnados por la amalgama fangosa de equiparar el valor de los conceptos. El gregarismo sin ningún asomo de espíritu crítico se propaga con audacia, mientras se arrinconan las actitudes aclaratorias con maniobras subrepticias. Pasen y juzguen si la realidad INFORMATIVA predomina en ese trasfondo, o por el contrario, sólo anhelamos el conocimiento de los datos fehacientes de cuanto acontece.


Santayana apuntaba sobre la mejor memoria de los niños en comparación con los adultos, por aquello de tener los sentidos más limpios; los adultos retienen aquello de mayor utilidad para sus intereses. Por otra parte, basarse únicamente en el instinto para los recuerdos es un tanto inconsistente. El acompañamiento de la mencionada barahúnda informativa no contribuye a la mejora del registro de lo acontecido. A la ya de por sí olvidadiza MEMORIA la venimos sometiendo a unos vaivenes rudos e interminables. La coherencia en apoyo de los sentimientos no se vislumbra; como consecuencia, los datos burbujeantes se apartan de los mínimos apegos a la realidad con utilizaciones capciosas.


Son muchos los aventajados, están a la vista y lo son por variados ajustes; sobre todo económicos, sin olvidar otras estrategias de empoderamiento. La primera consideración se cierra en sí misma si asumimos esa fuerza potencial como el único criterio. Aunque dada la incertidumbre radical en la interpretación del mundo, el acomodo de los humanos se acoge a muchos otros matices. Los aires desdeñosos con respecto a la confluencia de distintas reflexiones, sólo conducen a la vigencia de los potentes ORÁCULOS del momento, tan sometidos al misterio como el resto de la gente. Su distanciamiento del grueso de la población, nos aboca a todos a la enfermiza superstición de los sometimientos infundados.


El error y el aprendizaje nos marcan hasta en la manera de pensar, aquello de unos logros absolutos e inamovibles, no parece adecuado para la mente humana. Sin embargo, la elaboración de fantasías y analogías simbólicas, nos permite relacionarnos con una especie de sentido bisoño y llegar a un cierto entendimiento; lo podemos considerar como las verdades accesibles. El yo tan protagonista, el caos, los conocimientos, el amor y tantas otras ideas de ese estilo, no pasan de ser un CONSTRUCTO eficaz para entendernos, un tanto ficticio, pero perceptible y un buen instrumento de aplicación habitual. Queda patente nuestra capacidad para enturbiarlo hasta convertirlo en figuras fantasmagóricas esporádicas.


En la carencia de compañías efectivas se ve reflejada la sociedad actual, donde todo parece centrífugo, escapando con celeridad de los contactos humanos. No importa demasiado que dediquemos las observaciones a los anhelos esperanzados hacia las transcendencias supremas o que nos centremos en las más pragmáticas necesidades cotidianas; nadie parece estar interesado en mitigar las soledades existenciales que nos abruman con sus sufrimientos. Si no variamos el rumbo, nos dedicamos al empeoramiento del DRAMA colectivo, incrementando las situaciones absurdas, basados en aquellas evasiones citadas, impidiendo el reconocimiento de las mejores actitudes y cualidades que nos caracterizan.


En cualquier pueblo, con una simple mirada oteamos las tierras, las tumbas, las construcciones, la rutina, y de pronto surge algún nacimiento. El desarrollo de esa personita derivará en una serie de juegos, peleas, actividades y sentimientos; se configura ese ser humano personal y concreto, con sus atributos y requerimientos sucesivos. Pero no se trata de una forma fija, sino de una PERSONA siempre en ciernes por su progresión; a no ser que trabajemos para convertirla en un ente irreconocible. Y no suena tan raro con las prácticas coercitivas elaboradas a través de maquinaciones que vamos descubriendo y con las inusitadas manipulaciones del pensamiento tan en boga con las nuevas tecnologías.


Cuando los pensamientos brincan devorándose a sí mismos, entramos en franca locura progresiva. Entonces, será bueno salir de esa techumbre encubridora y tenebrosa, para ponernos a contemplar las estrellas sin interferencias. La desintegración del DISCERNIMIENTO natural, sólo habilita oscuras estancias, donde la crítica y la razón no encuentran su momento. El revulsivo requiere el esfuerzo de posicionarse.


De Saint-Exupéry guardo aquella descripción de los obreros despedidos en el vagón que les retornaba a su país. Un conjunto de personas embrutecidas por los años y las adversidades, regresan deshechos acuciados por horizontes aciagos. Entre ellos, destaca el rostro de un niño, como el emblema de una PROMESA vital, que solemos desdeñar con excesiva premura, en aras de las sistemáticas organizaciones en curso.

Noticias relacionadas

Parece que algunos medios vienen a decir que no ha sentado bien por estas tierras que algunas multinacionales de la gran comunicación —modelos del gran capitalismo operante—, que se ventila en las redes sociales, no hagan caso a los jefes políticos de aquí y hayan decidido pasar de la censura, siguiendo la nueva tendencia política, con destino a ser exportada.

Se suele afirmar que la realidad supera a la ficción, aunque no queda claro a qué se refiere dicha aserción, pues la ficción suele inspirarse en la realidad, por aquello del Arte imitando a la Naturaleza. Lo que sí parece es que tendemos a preferir la ficción, cuyos contornos se nos ofrecen siempre definidos y cuyo desarrollo atesora una lógica interna expresada en forma de relato, de diálogo o de variadas formas audiovisuales.

González Amador está acusado de dos delitos de fraude fiscal y un tercero por falsedad documental y proponía asumir ocho meses de cárcel y pagar unos 525.000 euros para evitar ir a juicio, con lo que reconocía sus delitos y sería un "defraudador confeso" (D.C).

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto