Protestas políticas y disturbios han regresado a las calles de Haití tras la violencia criminal que deja centenares de víctimas cada mes. Desde el área de derechos humanos de las Naciones Unidas se advierte sobre la catástrofe humanitaria y la necesidad de que se despliegue una fuerza internacional de apoyo a la seguridad. Imagen: Roger LeMoyne / Uscdc
GINEBRA – La nueva ola de violencia que se registra en Haití profundiza la catástrofe humanitaria en ese país caribeño, tras vivir enero de 2024 como el mes más violento en dos años, advirtió este viernes 9 el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk. “La ya grave situación de derechos humanos se ha deteriorado aún más, en medio de una violencia de pandillas implacable y en expansión, con consecuencias desastrosas para los haitianos”, afirmó Türk.
Al menos 806 personas, que no estaban involucradas en los enfrentamientos entre bandas o entre esos grupos armados y las policías en las calles de Puerto Príncipe y otras ciudades, fueron asesinadas, heridas o secuestradas en enero de 2024.
Además, unos 300 pandilleros fueron asesinados o heridos, lo que eleva el número de personas afectadas a 1108, más de tres veces la cifra registrada en enero de 2023, según la oficina de Türk (Acnudh) en esta ciudad suiza.
La violencia de las pandillas afecta a toda el área metropolitana de Puerto Príncipe, y se ha extendido fuera de la capital con enfrentamientos que en algunos casos han durado varias horas, un indicativo de que esos grupos han recibido nueva munición.
Las personas en áreas controladas por pandillas han sido atacadas directamente. Las bandas también continúan utilizando la violencia sexual contra mujeres y niñas como arma, y siembran el miedo al compartir en las redes sociales locales fotos y videos espantosos de personas asesinadas y mujeres violadas.
El impacto de este torrente de violencia sobre los niños sigue siendo motivo de especial preocupación para Acnudh. El año pasado 167 niños murieron o resultaron heridos de bala, y algunos fueron ejecutados por pandillas o los llamados grupos de “autodefensa” por su presunto apoyo a rivales.
En este contexto de violencia generalizada, en las últimas semanas ha habido protestas callejeras antigubernamentales y disturbios civiles, apoyados por partidos políticos de oposición, en al menos 24 ciudades de todo el país, incluida la capital.
Las escuelas, los servicios públicos y los negocios locales se han visto obligados a cerrar, en un contexto en el que la violencia dificulta no solo el acceso a servicios esenciales sino incluso la distribución de la insuficiente ayuda humanitaria.
Las nuevas protestas y disturbios estallaron al comprobarse que el primer ministro Ariel Henry, cabeza del gobierno desde que el presidente Jovenel Moïsi fue asesinado en julio de 2021, no convocó a nuevas elecciones ni entregó el poder antes del 7 de febrero, como se pactó en diciembre de 2022 entre grupos políticos.
Acnudh reconoció que algunas protestas se han vuelto violentas y se han saqueado edificios públicos y privados, pero también se preocupa por el uso innecesario y desproporcionado de la fuerza por parte de las fuerzas del orden.
Entre el 20 de enero y el 7 de febrero, al menos 16 personas murieron y 29 resultaron heridas en el contexto de enfrentamientos entre manifestantes y policías.
Türk dijo que “cada día que pasa se registran más víctimas”, por lo que “ahora, más que nunca, la vida de los haitianos depende del despliegue, sin más demora, de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití, para apoyar a la Policía Nacional y brindar seguridad a la población haitiana”.
El despliegue de esa misión multinacional armada, que encabezarían 1000 efectivos de Kenia, fue aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU, pero todavía no se ha conformado y existen trabas de la justicia keniana para iniciar su formación.
Además de la necesidad de mejorar la situación de seguridad, Acnudh también destaca el impacto de esta nueva ola de violencia en la economía de Haití y la propagación de la inseguridad alimentaria. La alta inflación debida a la extorsión y los bloqueos de carreteras ha dejado a millones de haitianos privados de productos básicos. Más de 313 000 personas, en ese país de 27 750 kilómetros cuadrados y 11,5 millones de habitantes, se han visto obligadas a huir de sus hogares.
“Como he dicho una y otra vez, si bien la mejora de la situación de seguridad es un requisito previo para romper el ciclo de crisis en Haití, la estabilidad a largo plazo sólo se logrará abordando las causas profundas de la pobreza, la discriminación social y económica y la corrupción”; concluyó Türk.
A-E/HM - Fuente: IPS
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