Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Políticos españoles | Democracia | Pedro Sánchez | PSOE | Reflexión

Y con la amnistía se cargaron la igualdad, base de su democracia

Mientras tanto, el contador de seguidores de la antipolítica sigue aumentando
Ángel José González Herrero
sábado, 9 de marzo de 2024, 12:06 h (CET)

Los teóricos, los defensores y los vividores de la democracia actual lo basan todo en la igualdad, un concepto que ha invadido todo, desde el espíritu de las leyes y de los argumentarios políticos, hasta los discursos legitimantes del sistema, pasando por la propia base implícita de la coordinación social ( esas leyes no escritas por las que nos regimos a la hora de relacionarnos con los demás en el trabajo, en nuestra vida social, etc.).


La amnistía para todos los implicados en el 'proces' catalán es una bomba de racimo contra toda esta estructura igualitaria creada para sustentar el sistema ya que inaugura un corpus legal -gravísimo precedente del que todos veremos las consecuencias en breve- que privilegia a unos cuantos cientos o miles de ciudadanos por encima del resto. Este tipo de cajas de Pandora se volverán a abrir por parte de unos y otros, con lazos y contenidos diferentes, en futuras etapas de la carrera de nuestra sociedad hacia el penoso destino final al que se dirige.


El catedrático y filósofo estadounidense, Thomas Christiano, uno de los más conocidos defensores de la autoridad del Estado y de la democracia actual, desgrana en su libro 'The Constitution of Equality: Democracy authority and its limits' la base de este pensamiento igualitario y legitimador. Su tesis consiste en esencia en que las personas deben tratar a sus semejantes como a iguales, siendo la democracia actual el único sistema que garantiza esto. Va más allá, equipara el concepto de justicia con el de igualdad - lo justo es dar a cada cual lo suyo- y dota a todos los ciudadanos de la misma categoría moral. Su conclusión final es doble y parte de la asimilación total entre democracia e igualdad: por un lado, vendría a decir que desobedecer una ley democrática supone situarse por encima de los demás; por otro, asegura que la democracia es fundamental a la hora de satisfacer las necesidades de las personas ( argumento legitimador a su vez de la 'justicia social' ). Para Christiano es imprescindible que las personas sientan y visibilicen que son tratados con igualdad, ya que sin ello la democracia puede peligrar. Siendo muy debatibles las tesis de este filósofo, no dejan de representar muy bien el alma de los sistemas políticos que vivimos hoy, en Occidente al menos.


La sublimación de la democracia y de la igualdad no es solo cosa de Christiano. Sánchez no se quita de la boca ambas palabras. Feijoo nos habla con frecuencia de "una España de ciudadanos libres e iguales". La democracia liberal se sustenta en la igualdad de todos ante la ley. Los movimientos sociales contemporáneos basan y justifican su acción en la igualdad. Hace algunas pocas décadas, la palabra de moda era la "pobreza" pero los avances extraordinarios con su versión extrema y con el hambre en el mundo giraron el debate hacia la igualdad. Parece algo importante, y por ello no se entiende como se hace tan evidente que no les importe una mierda su conculcación ( o al menos es claro que les motiva más mantener el poder sea como sea).


No somos iguales: unos pueden conspirar y organizarse contra la legalidad vigente, preparar un golpe y proclamar la independencia, y otros no. Unos pueden desgraciar de por vida a policías nacionales y paralizar la actividad aeroportuaria de un país y otros no. Unos pueden prevaricar y usar el dinero público para sus propios fines e intereses, alejados del destino que tenían asignado, y otros no (y además nos los quitan de la nómina y de la cuenta). Tanta es la desigualdad que el PSOE y sus afines han sido capaces sin ruborizarse de crear y promocionar un nuevo vagón de primera clase, un nuevo terrorismo -el bueno, el cuqui, el aceptado- donde sentar a los que te mantienen en el poder. Buena jugada para sus intereses dado lo que se viene -siguiente pantalla- en el País Vasco en los próximos meses, con la más que probable llegada de los herederos de ETA al poder. Con el enjuague legislativo y político creado para el procés, ya tienen las bases sobre las que perdonar o amnistiar a todo el entramado etarra que aún quede en cárceles o pendiente de juicio. Tal y como esta gente estira el chicle de las leyes y el significado de las palabras, meterán de algún modo también dentro del escudo progresista de Sánchez los delitos de sangre y los cientos de asesinatos sin aclarar. Todo por mantener cuota de poder en el País Vasco.


Si no somos iguales, se les cae el negocio, y de paso se empodera la desvinculación de la gente con el sistema, a esos que puedan ir subiendo al monte con el depósito lleno con la gasolina de la antipolítica, poco motivados ya con conceptos como la justicia social, la igualdad material, la redistribución y esas cositas. Señores gobernantes, deben saber que es peligroso cargarse el chiringo que han levantado ustedes mismos sin avisar a los demás con la suficiente antelación. Esto es como si a mitad de la emisión de Pasapalabra - por poner el ejemplo de un programa amañado donde los haya- cambian las normas para favorecer a uno de los dos contendientes delante de la millonaria audiencia.


Por favor, no nos hagan tan desiguales ante la ley, no cambien tanto de opinión ni mancillen la verdad tan brusca y repetidamente, que todo esto puede acabar mal, muy mal, y a la gente nos puede pillar en bragas. Mientras tanto, el contador de seguidores de la antipolítica sigue aumentando. Sin freno hasta la ostia final.

Noticias relacionadas

En pleno siglo XXI, Galicia sigue arrastrando las sombras de un sistema caciquil que ignora, vulnera y abandona a quienes más necesitan protección. Entre estos casos, emerge con crudeza la historia de una mujer que, tras ser salvajemente agredida y atropellada por un tractor que la dejó atrapada bajo sus ruedas, ha encontrado en las instituciones no justicia, sino desamparo.

No existen, o son invisibles, además de molestos e inútiles para casi todo. Incluso hay energúmenos/as que no sólo los ningunean, también los desprecian, como si ellos mismos fueran, en comparación, el fruto dorado de la evolución humana y no la aberración ética que son. Hablo de la franja decreciente de personas que superan las siete décadas y oscilan entre los 80 y el centenario.

Quizás sea la falta de esperanza la que haya encerrado a muchos ciudadanos en el círculo vicioso Biden–Trump, provocando que el segundo sirva para blanquear al primero. Quizás la perspectiva de estos ciudadanos, o de la prensa que leen, es la de que cuando Trump acabe su ciclo –si lo acaba-- le sustituya un nuevo Biden o un nuevo Blinken.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto