El principio de respeto brilla por su ausencia, en muchas situaciones en la vida real, clásicamente por el egoísmo, la falta de reflexión de una gran mayoría de personas, porque vivimos en una sociedad muy agresiva, bastante violenta, donde impera la actitud prepotente, en una parte de la sociedad.
Aunque no todas las personas, porque vivimos en una sociedad muy relativista, que no practica el universalismo ético, es decir, que hay unas formas básicas de educación, de cortesía, de respeto a los demás, estén o no de acuerdo concómo piensan los demás, porque ser tolerante no significa que puedan pasarse y faltar al respeto, ser tolerante es no estar de acuerdo con otra idea, otra opinión, pero respetar a la persona que lo expresa, siempre dentro de una actitud positiva y buena hacia la otra persona, aunque no se comparta su idea.
La falta de respeto es una actitud, que puede dañar profundamente las relaciones humanas, porque el respeto, es el fundamento de una sociedad justa y equitativa, no es un derecho, es un privilegio que se gana y se cultiva día a día, no tiene fronteras y es una muestra de madurez emocional y resiliencia, es como un tesoro que no tiene precio, pero se puede perder fácilmente.
En mi generación, las normas a seguir dentro del seno familiar, eran el respeto y la educación. Se enseñaban en casa, al colegio, al instituto se iba a aprender las materias correspondientes a cada curso y había un respeto y un silencio sepulcral.
En cambio, a día de hoy se han perdido totalmente, mientras que los profesores, en lugar de entrar para dar clase, bien parece que van a la guerra de trincheras, donde los alumnos son los que exigen a los profesores, que se les respeten sus derechos, cuando son ellos mismos, quien les hacen la vida imposible a los profesores; para exigir respeto, primero aprende a respetar.
No hay la empatía suficiente y cuentan también, los políticos, los medios de comunicación y todos los agentes sociales, que dan la pauta de como hay que comportarse, que sirven de modelo y socializan durante la infancia y la adolescencia.
Otro ejemplo muy claro es cuando se dirigen a los mayores o los clientes como “guapa, rey, cariño”, nunca con el respeto debido.
La violencia o los malos tratos, son un ejemplo claro, cuyo origen es la falta de respeto total, ante este tipo de situaciones, si hay un menor, lo más prudente es optar por una separación de la pareja, con el objetivo de que el niño no presencie escenas desagradables.
Aunque seguidamente, lleguen otros problemas al educarle, pero ya es una ardua tarea de lucha constante, ya que no es fácil comprender dicha situación a temprana edad y,por otro lado, la falta de respeto de otras personas, que hablan sin saber, delante de sus hijos.
Después estos, van contando, lo que han escuchado a sus padres, en el colegio a ese niño en cuestión, el cual está pasando por una situación traumática, que no acaba de entender, ahí es donde se demuestra la falta de empatía, comprensión y respeto hacia los demás, por parte de esos padres, que hablan sin saber, delante de sus hijos.
Teniendo en cuenta, que la mayoría de las veces, nadie está libre de pasar por el mismo trance, pues como bien dice el refrán: “cuando las barbas de tu vecino veas quemar, hecha las tuyas a remojar”. Si pides respeto, aprende a respetar.
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