NAIROBI – Los hogares de todos los continentes desperdiciaron más de mil millones de comidas al día en 2022, mientras que 783 millones de personas se vieron afectadas por el hambre, expuso en un nuevo informe el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
“El desperdicio de alimentos es una tragedia global. Millones de personas pasarán hambre hoy debido al desperdicio de alimentos en todo el mundo”, dijo Inger Andersen, directora ejecutiva del Pnuma, al presentar el informe al acercarse el Día Internacional del Residuo Cero, el 30 de marzo. Agregó Andersen que “no solo se trata de un importante problema de desarrollo, sino que los impactos de esos residuos innecesarios están provocando costos sustanciales para el clima y la naturaleza”.
Mientras un tercio de los 8.000 millones de habitantes del globo enfrentan inseguridad alimentaria, el desperdicio de alimentos continúa dañando la economía y alimentando el cambio climático, la pérdida de naturaleza y la contaminación.
El Informe sobre el índice de desperdicio de alimentos 2024, proporciona la estimación global más precisa sobre el desperdicio de alimentos a nivel minorista y de consumo, orienta a los países sobre recopilación de datos, y sugiere mejores prácticas para pasar de la medición a la reducción del desperdicio de alimentos.
Entre sus datos está que en 2022 se generaron 1050 millones de toneladas de desperdicios de alimentos (incluidas partes no comestibles), lo que representa 132 kilogramos per cápita y casi una quinta parte de todos los alimentos disponibles para los consumidores.
Del total de alimentos desperdiciados en 2022, 60 % se produjo en los hogares, 28 % en los servicios de alimentación y 12 % en los comercios minoristas.
Los datos confirman que el desperdicio de alimentos no es solo “un problema de los países ricos”, ya que los niveles de desperdicio de alimentos en los hogares difieren de los niveles promedio observados para los países de ingresos altos, medianos altos y medianos bajos en apenas siete kilos por persona,
Los países más cálidos parecen generar más desperdicio de alimentos per cápita en los hogares, posiblemente debido a un mayor consumo de alimentos frescos con partes sustanciales no comestibles y a la falta de cadenas de frío sólidas.
La pérdida de alimentos (de la granja al distribuidor) y el desperdicio generan entre ocho y 10 % de las emisiones globales anuales de gases de efecto invernadero (que calientan la atmósfera), casi cinco veces las del sector aviación.
También son responsables de una importante pérdida de biodiversidad, al absorber el equivalente a casi un tercio de la producción mundial sobre tierras agrícolas.
El costo de la pérdida y el desperdicio de alimentos en la economía mundial se estima en aproximadamente un billón (un millón de millones) de dólares.
Se espera que las zonas urbanas se beneficien especialmente de los esfuerzos para fortalecer la reducción del desperdicio de alimentos, y la circularidad.
Las zonas rurales generalmente desperdician menos alimentos, y las posibles explicaciones son una mayor desviación de los restos de comida hacia las mascotas, el ganado y el compostaje doméstico.
Desde 2021 se ha fortalecido la infraestructura de datos con más estudios que rastrean el desperdicio de alimentos, especialmente en los países más industrializados y en otros como Arabia Saudí y Brasil.
Sin embargo, muchos países de ingresos bajos y medianos siguen careciendo de sistemas adecuados para rastrear el progreso hacia el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible 12.3, reducir a la mitad el desperdicio de alimentos para 2030.
A-E/HM - Fuente: IPS
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