La lengua de los originarios del Paraguay, combatido por Buenos Aires, se reveló como arma de guerra durante la guerra del Chaco.
Luego de la guerra de la Triple Alianza concluída en 1870, se habían adoptado medidas contra el idioma que constituía uno de los denominadores comunes entre Paraguay y vastas regiones del sureste argentino, por motivos estratégicos.
Buenos Aires, durante la guerra de la triple alianza, había identificado al guaraní como un factor perturbador en su proyecto hegemónico. Este idioma transmitido por madres originarias y conservado por la descendencia Mestiza, permitía comunicarse a los paraguayos, correntinos, entrerrianos y seguía viva en regiones de Brasil y Bolivia.
Al estallar la guerra del Chaco, se convirtió en identitaria y contribuyó a crear un sentimiento colectivo transversal entre paraguayos. Percatandose de ello, el 28 de mayo de 1933 ; las autoridades militares paraguayas declaran como idioma oficial del Ejército en Campaña el guaraní. Se establece en esa fecha que todas las comunicaciones en clave y secretas deberán ser transmitidas en ese idioma.
La Orden General Número 51 de tal fecha, también disponía que toda infracción a disposiciones sobre el tráfico telefónico, su secreto y las reglas para el uso del teléfono serían severamente sancionadas.
La lengua guaraní acompañó a los jefes y soldados, en los motes que utilizaban los soldados para referirse a sus jefes o camaradas. Como ejemplo se usaba León Karë (León Cojo) en alusión al Coronel Rafael Franco, o Yacaré Valija (Valija de Piel de Cocodrilo) en alusión al Teniente Manuel Irala Fernández.
El código criptográfico, en guaraní, resultó indescifrable para los bolivianos, que no podían comunicarse ni siquiera con las comunidades de habla guaraní dentro de su propio territorio. Algunas de las claves utilizadas para los despachos en guaraní eran, por ejemplo, Aguara’i (patrulla de reconocimiento); Ambere (cañón 75mm); Saijo Y (bala perdida); Jagua perö (recluta), Kuña (proyectil).
El guaraní evitó el fuego amigo entre patrullas, promueve la fraternidad entre jefes y soldados paraguayos, y al llegar al Isoso boliviano hizo que fueran recibidos como hermanos libertadores por los nativos.
Un corresponsal español escribió que la lengua guaraní fue un arma más, un arma imbatible al que solo tenían acceso los paraguayos. “Los paraguayos hacen la guerra y la ganan en guaraní", escribió.
|