La Asociación Española de Consumidores ha realizado una encuesta a 6.000 consumidores con la que se ha querido medir el grado de percepción de los ciudadanos ante el grave riesgo que suponen las falsificaciones. Los datos obtenidos han sido presentados en el día de ayer por el Presidente de la Asociación Española de Consumidores, Miguel Ángel Ruiz en su intervención en el II Grupo de Trabajo de la Asociación para la Defensa de la Marca (ANDEMA), celebrado en Madrid.
Entre los datos más destacados están que el 63% de los consumidores admite haber comprado falsificaciones en algún momento y, además, un 78% no ve que la compra de productos falsificados sea un riesgo para el consumidor.
Ruíz en su intervención ante los socios de ANDEMA ha señalado los diversos problemas y riesgos asociados a la compra de falsificaciones para los consumidores. Entre otros están los problemas económicos, laborales, fiscales, señalando que también están los riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores.
Así, nos preocupa la cierta permisividad social existente en cuanto a este asunto del que no se ve con una perspectiva amplia y seria su trasfondo social y económico ni por los consumidores ni por las Administraciones Públicas en muchos casos.
En la encuesta también los consumidores han indicado las preferencias de compras de productos falsificados, siendo la ropa y calzado los que ocupan el primer lugar con un 53% de consumidores que admiten haber comprado falsificaciones, le siguen la perfumería y la cosmética con un 20% y los complementos con un 7%. Ya en menor medida los consumidores admiten haber comprado falsificaciones de relojería, joyería y bisutería 5%, electrónica 2%, tabaco 5%, juguetes 2%, alimentación y bebidas 2% y medicamentos 4%.
También de la encuesta se ha obtenido el dato de que de los consumidores que admiten comprar habitualmente falsificaciones, el 80% señala que lo hace de manera habitual y frecuente. El Presidente de la Asociación Española de Consumidores ha agradecido el trabajo conjunto con ANDEMA y ha señalado la necesidad de abordar esta materia como una responsabilidad compartida de todos los agentes intervinientes y ha solicitado mayores inspecciones en la entrada y venta de productos unido un mayor control del comercio online. Por otro lado, ha insistido en la necesidad de seguir incidiendo en la educación y la educación del consumidor que contribuye desde su posición a la proliferación de la venta de falsificaciones.
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