Creo que por mi cargo público durante un tiempo, estoy en condiciones de opinar sobre el actual independentismo catalán. Sabemos que el actual nacionalismo catalán no es constitucionalista, es independentista, ¿pero lo fue la antigua Convergència? Argumento mi posición al respecto.
El actual separatismo en Catalunya (seguimos con el procés), tiene su punto de origen en la debacle de lo que era Convergència (CDC). A raíz de los casos de corrupción en masa de las gentes de CDC (caso Banca Catalana, caso Casinos, caso Palau de la Música, caso Sant Pau, caso Port Vell, caso ITV, caso Adigsa o 3%, caso Treball...) y viendo la dirección del partido que “el barco se hundía”, decidieron que debían entretener al pueblo con algún invento para así poder tapar todas sus miserias y corruptelas. ¿Cuál ha sido ese invento? La independencia.
Desengáñense señores de la extinta Convergència, ustedes nunca fueron independentistas, pero como les descubrieron el pastel de la corrupción, se convirtieron en secesionistas para tapar sus vergüenzas. Y lo más preocupante es que se lo creen, y se lo creen porque tienen un buen actor: Carles Puigdemont, que desde la napoleónica Waterloo y por toda Europa, ha ido engañando y estafando a los catalanes y al resto de españoles.
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