El "Caso Begoña" o, como otros denominan, el "caso Sánchez", no es una serpiente de verano, como antiguamente sacaban los periodistas para que no decayesen las ventas. Es un hecho real, parecido al aloe vera. Esta planta, mientras más la investigan más propiedades le descubren. A ésta más embrollos o chanchullos le sacan.
Tampoco son una fantasía periodística los trapicheos e irregularidades del "hermanísimo" del príncipe de la mentira y rey del engaño, conocido como Pedro Sánchez. ¿A qué viene esto? Lo traigo a colación por el enredo que se está originando con motivo de la declaraciones de testigos ante el juez que investiga el enredo de Begoña.
Ahora toca que le tome declaración a Pedro Sánchez y aquí es donde se produce el oxímoron.
Explico: Un oxímoron o “contradictio in terminis”, como lo llamaban los romanos, consiste en que una cosa, un hecho o una situación no puede ser dos cosas contrarias a la vez. No se puede dar blanco y negro al mismo y tiempo.
El juez Peinado le tomará declaración como Pedro Sánchez, esposo de Begoña Gómez, no como presidente del Gobierno, puesto que su esposa se reunió con el empresario Barrabés en la Moncloa, en su presencia.
En ese momento el "insigne", no puntualizó ni aclaró que estaba presente como el particular Pedro Sánchez, no como presidente.
Sabemos que no se puede dar una disociación de personalidad. Solo conocemos un caso de este tipo en la fantasía novelada de "El caso del doctor Jekyll y míster Hyde". Pedro Sánchez no puede ser en un momento persona particular y al siguiente presidente del Gobierno de España. Sin embargo el juez le tomará declaración como Pedro Sánchez, pero se desplazará a la Moncloa, ya que el testigo reside en ella, como presidente de nuestro Gobierno. He aquí el dilema, como persona es un quídam cualquiera, pero declarará como Presidente. Áteme Vd. Esa mosca por el rabo.
Pedro Sánchez no es el Dr. Jekyll, sin embargo se pretende que comulguemos con esa rueda de molino.
Si es una persona particular, que se persone en el despacho del juez, pero, al gozar, como Presidente, del privilegio de que el juez vaya a la Moncloa, este lo hará. Aquí tenemos el oxímoron, o es Presidente o es particular; no se puede sorber y soplar al mismo tiempo.
|