Primero organizan la frustración colectiva; después instilan veneno contra algo o alguien. Y el mundo, que no está dispuesto a luchar contra quienes provocan su frustración, sí está dispuesto a odiar lo que desconoce. La soberanía fiscal de Cataluña no apaciguará su independentismo, al contrario, lo reforzará. Los padres de la Constitución sólo querían salir del paso. Ilusorio haber creído que los conciertos económicos vasco y navarro nunca tendrían efectos contagiosos. Para justificarse, el resto de las autonomías tendrá que exigir un sistema similar. La estructura racional del Estado nunca se ha abordado seriamente. No hay talla. Además, los principios de solidaridad y de igualdad están en retroceso, mientras que los de libertad individual y beneficio propio avanzan, hasta que desaparezcan todos. Menos control para los grandes capitales y más competencia entre las regiones para atraerlos. Es decir, debilitamiento del Estado social y puertas para el capital extranjero, que nada regala. ¿Todos contra todos o todos contra el Estado? Israel es Europa, Palestina no. La geografía política es materia inmaterial. Esa es la ventaja de la metafísica (más allá de la física) sobre el materialismo. El ius propaganda es más legítimo que el ius soli. “El borrado de la mujer”. Tan propensos a las frases hechas, esta no ha cuajado. Nunca la habíamos oído. El asunto trans no es simétrico. Se da de hombres a mujeres, no de mujeres a hombres. O se oculta. ¿Al final se va a invadir el espacio femenino con hombres trans? Una tal Hooven, bióloga, dice: "Son legalmente mujeres, pero físicamente un hombre". Una boxeadora lo experimentó directamente en estos JJ.OO. Heridos están de muerte, los pueblos que con sangre se divierten, reflexionaba poéticamente Antonio Machado. Incluso en los últimos años de Franco se comenzó a prohibirse fiestas inhumanas contra los animales. Tenía que llegar la ejemplar democracia para que se volviera a tolerar la barbarie. Actualmente, determinados partidos y medios promueven y retrasmiten el arte de divertirse sádicamente. Es más, quieren que los niños reciban directamente esa tradición. En su día leímos en un diario el esperpento de los esperpentos: “Es una irresponsabilidad que el Colegio de Abogados organice una capea cuando tiene una sección de Derecho y Bienestar Animal. No me parece bien que se destine mi dinero a financiar estos actos”, denunciaba una colegiada”. La UE es una comunidad solidaria integrada por toda clase de primos, incluidos los carnales. Macron (que no calla) acaba de demostrarlo con generosa felicitación al soberano marroquí: "el presente y el futuro del Sáhara Occidental entran en el marco de la soberanía marroquí". Y Kissinger prohibiéndonos en su tiempo tener armas nucleares. La Operación Ogro hizo saltar por los aires al Proyecto Islero, es decir, nuestra soberanía. A veces nos preguntamos quién está fuera de la UE, si España o Marruecos, Pero eso, sí, el SACEUR adelanta tiempos difíciles y necesidad de estar unidos. Como elemento militar que es no habla de industrias, campos, granjas, viviendas, investigación. Ellos a fabricar más armas y nosotros a comprárselas. Marruecos disfruta de soberanía, los demás parece que no. Que un 0,001 de los titulares no coincida demuestra una ejemplar pluralidad informativa. La razón no puede demostrar que ella misma exista. No obstante, sí puede demostrar que existe la sinrazón. “Vd. sólo ve la mitad vacía del vaso. Es una actitud tóxica”. “Se equivoca, veo el vaso entero”. “Pero no ve la parte llena, la positiva”. “La veo”. “¿Entonces?” “Que no conceptúo como Vd. La mitad llena es mi vida, extraordinaria en comparación con otras muchas. Pero también veo la parte vacía: el sufrimiento de millones de seres (personas y animales). Su teoría de la toxicidad en realidad es de la ceguera, y en casos, del egoísmo”. Hay un gran olvidado en las elecciones norteamericanas: la víctima mortal en el atentado contra Trump. Es un crimen impune que ni preocupa ni desprestigia ni define a nadie. Un olvido grave a no ser que allí haya un revuelo (no basta una dimisión) que aquí no llega. Como tantas otras cosas. A este paso se va a tipificar como delito grave que una nación defienda la propiedad de sus riquezas naturales. La jurisdicción ideal sería la del TPI, dado su fino sentido jurídico. En este ambiente, cualquiera dice que más vale una empresa pública con pequeños beneficios, que una grande, privada, en manos extranjeras. Lo que está sucediendo es tan sutil que parece increíble. Obtener información sobre los millones de votos que respaldan a cada grupo parlamentario europeo es difícil. Se obtiene país por país; de ahí se da un salto al número final de escaños. Por otra parte, ¿cómo acredita Borrell, tan estricto con otras elecciones, cada elección nacional? Por cierto, tenemos la sensación de que mucha información está desapareciendo de los buscadores. Desde mediados del siglo XX, la izquierda occidental testimonial critica todo lo que han hecho otras izquierdas en el mundo. Imposibilitada de transformar nada aquí, se dedica a negar lo de allí. Curioso que sus fracasos no la haya vuelto humilde y cauta. Siempre por las ramas, ahora está empeñada en aclarar si debe apoyar a la sucesora de Biden por lo que ha dejado de hacer, o si debe atacar a Trump por lo que hará. Sobre Soros, calla. ¿Para qué conocer nuestra historia, nuestra genealogía? Mejor ser individualidades minúsculas, desconectadas de sus ancestros flotando en el vacío. ¿Para qué recordar y agradecer los sacrificiosde nuestros antepasados? Mejor no comparar a aquellos gigantes con sus diminutos y cosmopolitas herederos. Además, al español le basta con creerse especial; no necesita pruebas. Aunque no es la nuestra una situación singular; los otros sólo tienen de más la soberbia de la nada. Olvidemos el inventario histórico; olvidemos reconquistas, descubrimientos, victorias inconcebibles. ¿Fueron injustas? ¿Son justas nuestras actuales ventas de armas, nuestros compromisos, alianzas? No recompongamos la imagen vacía o desarticulada que tenemos de nosotros mismos. Somos la buena gente. ¿Qué necesidad tenemos de saber quiénes eran los Trastámara (inicio de la ascensión) o los Borbones (comienzo del descenso)? Donde no hay capacidad coercitiva no hay Derecho. Lo afirma la doctrina jurídica. En la ONU se vota cada dos por tres contra las sanciones económicas a Cuba (que son ilegales), pero las sanciones siguen. La última vez, de 193 miembros, 187 votaron a favor de su finalización, dos en contra (EE UU e Israel) y uno, Ucrania, se abstuvo. Pues bien, gana la minoría. ¿Culpa de la ONU? No, ya tiene bastante con sus propias culpas. ¿De los países? No, bastante tienen con sus sanciones. ¿Entonces? Culpa de la doctrina del derecho. EE.UU., Israel y Ucrania, oro, plata y bronce del Comité Olímpico de la Democracia. Ayer descubrimos el noticiero de Microsoft Start. Sorprendente su objetividad y simpleza. Y encima dentro del ordenador. Acto primero: tal como se hace en el mundo entero, hay que ver las actas de las elecciones en Venezuela para saber quién ha ganado. Acto segundo: Blinken, sin contar nada, sabe ya que González Urrutia ha obtenido la mayoría de los votos. López Obrador ha señalado oportunamente la contradicción. Pena que la oposición haya reforzado tal contradicción olvidando cumplir su propia petición y entregar sus actas. Hemos olvidado “la ya de por sí surrealista saga electoral norteamericana” (dice Clarin, diario de derechas, sobre Bush – Al Gore) y de los 537 votos salvadores del primo de Bush. Están de suerte, lo de Venezuela ha hecho olvidar lo de Gaza. Hay cierta propensión a las frases y palabras hechas y a los extranjerismos. Todo lo opuesto a la creatividad. Dicen que los españoles no pensamos el idioma. Quizás pretenden que lo pensemos menos. No se sabe si varias de ellas se utilizan para demostrar sapiencia o todo lo contrario. “Fue un momento canónico”: el autor ha llegado al summum de su arte. “Fue un acto de redención”. Redentorio no existe. El delincuente, después de mirarse largamente en el espejo, lo rompe de un puñetazo y decide luchar en Irak. Salvación resulta demasiado español. “Es un himno” para cancioncillas que duran menos que una tormenta de verano. Con el “mainstream” se llega al colmo del intelectualismo. Es más cómodo que “moda dominante” o “corriente principal”. Hay otras palabrejas, pero son más peliculeras: “Discurso inspirador”: el del Presidente de los EEUU. “Fue una epifanía”: el afortunado se ha hecho evangelista. “Es una película icónica”. “¿Religiosa?”. “No, oscarizada”. La RAE infla el idioma con términos extranjeros que ya tenemos, mientras no incorpora los que sí deberíamos tener, como demodado. Un proceso subliminal de suplantación, Cada año millones de prendas se demodan (se demodé), pero la Real no recoge tal hecho social. Hoy pantalón pirata, mañana pantalón pitillo, pasado pantalón campana, siempre menoscabo del bolsillo. Estamos embebidos personalmente en dos procesos complejísimos, esenciales para el curso de nuestras sociedades: 1) Saber los nombres de los distintos tramos de edad (baby boomers, generation X, generation Z, generatión alpha, y 2) Memorizar todas las variantes sexuales con sus respectivas banderas (sexual flags): lgtb+, lesbian pride, genderfluid pride, bigender, etc. Treinta y dos en total. Dicen que el idioma español gusta a los extranjeros por su sonido claro. Nosotros añadiríamos neutro, sin dejo. Sin embargo, media España no lo valora. Por ejemplo, ignora la letra “ese”.Sin embargo, esta letra confiere pausa, brillo, disciplina. Los hispanoamericanos la pronuncian. ¿Suena igual “los estudiantes transcribieron bien los ensayos” que “lo estudiante trancribieron bien lo ensayo”? ¿Perderemos una de las pocas joyas que nos quedan. “Escribo en español porque respeto demasiado al idioma inglés”: Borges. Por el contrario nos esforzamos en pronunciar correctamente el idioma inglés, y caricaturizamos a quien no lo hable correctamente. Ese japs final de perhaps es epifánico (raya roja). Con todas las letras y con el esfuerzo que requiere un idioma insigne (¿admitiríamos perap? ¡No!). Otra palabra “cancelada” es insignia. Pin suena mejor. No digamos tip, sketch, spoiler, casting… Borges criticaba al idioma español por sus muchos fallos, como la terminación adverbial “mente”. La consideraba repetitiva. Las demás críticas que recordamos son subjetivas. A él lo que le iba eran los vikingos. Sin embargo, no valoró que el español equilibra las muchas vocales de Oriente con las muchas consonantes de Occidente; que su grafía y fonética coinciden (lo que ortográficamente hace casi innecesario el diccionario, al contrario que el inglés, en el cual hay que deletrear los apellidos o los nombres para acertar la pronunciación: Miami no suena miami ni maiamai, sino maiami). ¡Veinticinco sonidos vocales! Por otra parte, ¿no es cansino, antiestético, tener que enunciar el pronombre personal en cada verbo? “(Yo) caminé largo rato. (Yo) subí a la terraza. Desde allí (yo) oteé el paisaje. Ya anochecido, (yo) bajé al salón. (Yo) me había enfriado. Sin tener nada que hacer, (yo) me acosté. Inquieto, (yo) tardé en dormirme”. Tampoco comprendemos su inquina (la de Borges) contra lo hispánico, ni nuestra insensibilidad, y en casos aplauso, cuando dice que España sólo ha dado a Cervantes. O que Quevedo es un autor de cobre. Por el contrario, el Ulises de James Joyce es epifánico. Borges habla de demasiadas cosas que desconoce o que finge desconocer. Actualmente ¿cuáles serían los sinónimos de piratas, bucaneros y filibusteros? Dado el ambiente, ¿habría que quitar del diccionario la palabra jingoísmo?
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