Ser buen cristiano es no avergonzarse de serlo. Es defender tu fe sin estridencias y con santa desvergüenza como algunos deportistas lo han hecho en los JJOO. Es no responder con acritud a quien te ofende, pero exigir respeto y justicia hacia tus creencias religiosas.
Ser buen cristiano es saber rectificar, disculparse y hacer agradable la vida a quienes te rodean. Es cumplir con tus obligaciones civiles como un leal y patriota ciudadano. Es exigir justicia frente a quienes incumplen las leyes que garantizan la paz y la convivencia de la sociedad.
Ser buen cristiano es tener criterio y formarte para defender los principios morales y doctrinales en los temas controvertidos de la sociedad. Ser sensible y generoso con las carencias y necesidades del "otro" en el ámbito de la emigración, la enfermedad, la pobreza...
Ser buen cristiano es amar y defender con valentía la libertad y la verdad como Cristo la defendió hasta su muerte en la cruz. Saber llevar las cruces y contrariedades de cada día con paciencia y señorío. Saber agradecer a Dios y a tus padres, el don de la vida con sus éxitos y fracasos…
Ser buen cristiano es reconocer los errores personales, pedir perdón y saber reconocer y agradecer el trabajo de quien te sirve. Saber buscar el silencio y la discreción entre el ruido y el griterío que nos rodea, y no ser "esclavo" de las nuevas tecnologías: “compartir los contenidos valiosos, sin sustituir la cultura por mera información”.
Ser buen cristiano es enfrentarse con determinación al relativismo moral que nos inunda y amenaza la educación de nuestros jóvenes, la estabilidad social y la creciente corrupción política. Es también denunciar con valentía la manipulación, la división y la degradación de los valores democráticos y derechos fundamentales.
Ser buen cristiano en el mundo de hoy no es nada fácil, pero vale la pena intentarlo, como lo hicieron los primeros cristianos en Roma con su ejemplo. Vivir con su misma naturalidad y su testimonio de fe que contagiaba todo lo que se movía alrededor de su vida ordinaria en la familia, en el trabajo, en el deporte, en las labores del campo o en la política…
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