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Opinión
Etiquetas | Guerra | Rusia | OTAN | Misiles | UCRANIA

La delgada línea roja

La guerra entre Rusia y la OTAN puede asumir ribetes planetarios
Eduardo Luis Aguirre
martes, 17 de septiembre de 2024, 09:09 h (CET)

"Ibase el día, envuelto en aire bruno,

aliviando a los seres de la tierra

de su fatiga diaria, y yo, solo, uno,

me apercibía a sostener la guerra". 

(La Divina Comedia. Infierno)


La humanidad ha ingresado en una suerte de dramática cuenta regresiva. Ratificando aquella valoración geopolítica categórica de Henry Kissinger, el epicentro de lo que puede ser el más devastador conflicto armado entre los hombres puede precipitarse en Eurasia por su importancia infinita. Quien domine a Eurasia dominará al mundo, solía decirse.


La guerra entre Rusia y la OTAN puede asumir ribetes planetarios. Hace tiempo que se sabe que ni Rusia ni occidente pueden aceptar una derrota militar y las vías de resolución parecen lejanas e improbables. La puesta en escena de Zelensky pidiendo autorización a la OTAN para utilizar misiles nucleares tácticos de largo acance y así golpear el corazón de Rusia "para obligarla a negociar" (1) ha quedado explicitada. Ahora depende de que Estados Unidos y Gran Bretaña den o no curso a ese extravío sin retorno. 


En medio de las estrategias y tácticas de la guerra entra a jugar la estatura y las singularidades de los líderes occidentales. Vale decir, estamos en sus manos. Un ejemplo vale más que mil palabras. Los mentados misiles solamente pueden ser utilizados por personal especializado de la OTAN, que son los únicos que conocen las claves imprescindibles para la utilización de esas armas. Vale decir, occidente y su alianza militar se asumirían en guerra explícita contra Rusia. Ya no se trata de sanciones económicas, ayuda financiera generosa o dotación de pertrechos y armamento convencional a los ucranianos. Serían oficiales de la OTAN los encargados de viabilizar el infierno tan temido. Esto no es una mera conjeura. Sabemos cómo ha de responder Moscú (entre otras cosas porque Putin ya lo ha anunciado sin eufemismos) e imaginamos la posibilidad cierta de que la escalada abarque a otras zonas calientes como el Asia Pacífico. 


Hace años que Estados Unidos viene instando un rearme de Japón que excede los límites que los vencedores de la IIGM le impusieran a los asiáticos, principal aliado de occidente en la región. Por si eso fuera poco, hace tres años se conformó una nueva y polémica alianza militar entre Estados Unidos, Garn Bretaña y Australia: el AUKUS. "El pacto estratégico fue bautizado como Aukus (del acrónimo en inglés de Australia, Reino Unido y Estados Unidos) y tiene en la mira "defender los intereses compartidos en el Indopacífico" de estas potencias", destinado a "contrarrestar los avances de China", según señalaba en tiempo real la BBC (2). Lo cierto es que la nueva/vieja alianza ha convertido a Oceanía en un portaviones de occidente, dotado de submarinos nucleares. Lo que no podría hacer la OTAN en el Mar de China estaría en condiciones de ejecutarlo la nueva entente. Porque en ambas regiones, hay una comprensible obsesión por hacer aparece a Rusia y China como los estados agresores frente a un desborde armado. 


La febril idea de utilizar en la Rusia profunda ese armamento táctico encierra un peligro estratégico de dimesiones hasta ahora no conocidas. Se trata de una amenaza a la seguridad existencial de los rusos. Supone un riesgo fatal para Europa y el mundo. Si éste era el plan de Zelenky para obligar a Rusia a iniciar conversaciones de paz, vale decir ingresar en Kursk y luego usar los misiles balísticos que le proporcionaron Estados Unidos y Reino Unido (si esto finalmente le es permitido) estaríamos ante un ataque directo de la OTAN contra Rusia. La guerra ya no sería con la colaboración de occidente contra Rusia, sino por parte de la OTAN (3) contra el gigante euroasiático. Una guerra abierta que puede decidirse mucho antes de lo que especulábamos. 


En las últimas horas, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro británico, Keir Starmer, aplazaron tomar la decisión de permitir a Ucrania el uso de misiles de largo alcance suministrados por Occidente para atacar dentro de Rusia. La decisión permanece en suspenso. Si bien Biden está debilitado y próximo a dejar su cargo, lo que lo inhibe a tomar semejante resolución, Starmer cree que es el momento de poner a Rusia de rodillas, según destaca la prensa oficial francesa (4). Quizás esta incertidumbre comience a dilucidarse después del 4 de noviembre.


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(1) https://www.youtube.com/watch?v=uKoscnuJWcc

(2) (https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-58579238.W

(3) https://www.youtube.com/watch?v=_LBgK7UlQSQ

(4) https://www.france24.com/es/video/20240914-biden-y-starmer-aplazan-discusi%C3%B3n-sobre-uso-de-misiles-de-largo-alcance-contra-rusia

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