Si la MENTIRA se apropia del Gobierno, comenzando por la cabeza, su Presidente, un país comenzará a ir a la deriva, empujado por las aguas turbulentas que buscan su espacio con la brutalidad de las tormentas.
Sabemos lo que es la política nacional e internacional, complejo de intereses compartidos y llenos de contradicciones, pero sólo las revoluciones, si miramos la historia, han sido las “casi” capaces de corregir esa marea podrida que arrastra y destruye sin compasión.
Siempre las DICTADURAS EGÓLATRAS, POPULISTAS y MEGALÓMANAS han PROMETIDO, a conciencia de que MENTÍAN, porque la “MENTIRA” sería la “herramienta” fundamental utilizada para dirigir un país con un equipo de gente sometida y obediente por “grandiosidad del poder social y económico”.
Hoy, la MENTIRA, se llama Pedro Sánchez y su equipo “malabarista” está formado por personas que anteponen su prosperidad a la del pueblo, a sabiendas que el tiempo borrará enseguida su puesto, su rastro y su entidad como persona respetable.
Decretos y medias leyes intentarán abrir fosas sin nombre para que la verdad, realidad cotidiana, tropiece y caiga en la opacidad, intentando que el tiempo borre nombres y apellidos.
La MENTIRA, las PROMESAS MITINERAS, las BALCONADAS que llaman enemigos a los que NO APLAUDEN abajo, en la calle.
Todos sentiremos que la AMNESIA lentamente invadirá la sociedad, abrumada de publicidad interesada, de actividades festivas, de estrellas deportivas y de plataformas de entretenimiento baratas... es la enfermedad de la INVASIVA MENTIRA que golpea el sentido de la libertad personal.
Por eso la historia, repetición realista de todos los yo, tú y él, recordará siempre las abrumadoras tormentas de aguas sin cauce que han destrozado convivencias. Comenzaremos a restaurar la normalidad democrática, cuando seamos capaces, cada uno en su puesto, de HACER EL VACIIO a todos aquellos que machacan la libertad, la verdad, la convivencia... y la HISTORIA SOCIAL DE ESPAÑA.
Levantarse e irse... Vaciar el Congreso... Ausentarse de convocatorias de prensa... Guardar las máquinas de fotos y TV... No publicar nada... Apagar su radio... No ver sus televisiones... Así, sólo así, seremos dignos de nuestros principios, y caminaremos según ideas, jamás impuestas.
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