Poner las teorías al día implica hacerlo respondiendo al desafío de admitir que no existen ciencias sociales puras ni neutras, porque no son ajenas a los sistemas valorativos y a las prácticas que buscan modificar las estructuras que han condicionado pueblos atrasados, pobres y dependientes. La comunicación se diseña entonces siguiendo la ruta del conocimiento relevante que circula de manera oral en espacios cotidianos, pero son muchas veces representaciones teatrales que intentar hundir a los medios tradicionales de siempre: se dedican a representar ilógicas realidades materiales, o por redes sociales que en sí mismas transmiten virtualidad que hace daño. Quien se engancha a esos espacios que se confunden con la construcción social no puede saber qué es el verdadero horizonte de la comunicación que teje, rememora y penetra en/con la realidad de la información. La verdadera información debe tener el propósito de superar jerarquías, no debe haber oposición en construir las bases de una buena información, y eso a las redes sociales les cuesta. Las nuevas redes sociales, respecto a la información, no pueden eternizar como víctima a la pluralidad informativa de antaño.
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