Hace un tiempo, un alumno me escribió airado. Palabras más, palabras menos, decía que desconocía el motivo de su nota mínima, pues él había entregado el trabajo. Le comenté que la retroalimentación que podía revisar en el sistema señalaba claramente el motivo de la nota mínima. Se la copié por si no supiera dónde encontrarla, se trataba de un plagio descarado y alevoso, de esos que advierte el sistema anti-plagio y que no incluyen referencias ni bibliografía. Siempre digo que no me agrada, no me gusta, como dicen acá en España, no me mola calificar con nota mínima, pero cuando corresponde, corresponde.
Unas horas después, el alumno me comenta que revisó en detalle el tema y que había subido una versión anterior del trabajo, me mostró evidencia creíble sobre estados de avance que no estaban incorporados en el documento adjunto inicial.
A partir de lo anterior, le comento lo siguiente:
"…Uno de los principales problemas de las discusiones en nuestra sociedad radica en pensar que es culpa del otro sin haber considerado siquiera la autocrítica, un "quizás me equivoqué, voy a revisar…" sería conveniente. Creo que esta frase debe ser el comienzo de cualquier discusión madura.
Espero sinceramente más de esas actitudes en el mundo de la academia, de los negocios, de la administración pública, de la sociedad y de la política obviamente. Avancemos hacia esa necesaria cuota de autocrítica y no nos excusemos con la actitud chora como se dice en chileno, chula como se dice en España.
Generalmente quien sube el volumen de la voz no tiene la razón y peor aún, esa actitud no viene aparejada de buenos resultados.
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