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Mazón y la navaja de Hanlon

"Nunca atribuyas a la maldad lo que se explica adecuadamente por la estupidez"
Germán Gorráiz López
viernes, 22 de noviembre de 2024, 08:55 h (CET)

El principio de Hanlon, también conocido como la navaja de Hanlon, es un principio o regla empírica que sugiere una forma de eliminar explicaciones poco probables para el comportamiento humano y que establece: "Nunca atribuyas a la maldad lo que se explica adecuadamente por la estupidez", máxima que sería aplicable a la gestión de Mazón y su equipo en la catástrofe provocada por la DANA.


Mazón y el síndrome de Zelig


El Síndrome de Zelig es un término que fue utilizado para denominar un extraño fenómeno clínico ocurrido en Italia en el que un individuo sufrió de amnesia autobiográfica, llevándolo a olvidar su propia identidad y a mimetizar su personalidad con la del entorno.


Ello sería un trastorno de personalidad que hace que el individuo sea capaz de adaptarse a cualquier grupo o tribu identitaria con el objetivo de mimetizarse con el entorno, síndrome evidente en la reciente decisión de Mazón de no asumir responsabilidades por su gestión e intentar liderar la reconstrucción de las zonas devastadas por la DANA.


Mazón y el vértigo del azul


Mazón adolece de una extrema inseguridad personal y baja autoestima y necesita un líder al que seguir ciegamente, puesto que es incapaz de liderar la labores de reconstrucción de la Valencia anegada lo que se conoce como "vértigo del azul".


Así, tras obligar a dimitir dos consejeras,, intenta ahora conformar un Comité de Reconstrucción bajo la dirección de un alto mando militar de excelente expediente profesional para hacer olvidar su culpabilidad en el reguero de muerte y destrucción provocadas por la DANA, agravadas por su negligencia manifiesta a la hora de tomar las decisiones drásticas que exigía la gravedad de la situación.


Asimismo, sus controvertidas decisiones y continuas rectificaciones en la gestión de la DANA, nos permiten aventurar que nos encontramos ante un caso típico de paranoia megalómana, “entendida como delirio de grandeza que provoca que el individuo se crea dotado de un talento y un poder extraordinarios debido a que las deidades le han elegido para una alta misión” (hacer resurgir a la Valencia del lodo).


¿Es Mazón cómplice de la DANA?


La dejación de sus funciones y su cobardía política al no decretar el cierre total de actividades en la Comunidad Valenciana a pesar de declarar la AEMET la alerta roja para la zona, le habría convertido en cómplice indirecto de la devastadora DANA.


Así, la ciudadanía valenciana es consciente de su nefasta gestión de la catástrofe, lo que habría facilitado la aparición de una Masa Crítica con una conciencia más elevada que exige imperiosamente la dimisión y que tendrá su plasmación en las próximas elecciones con la previsible condena de Mazón al ostracismo político, lo que le permitirá finalmente conocer la otredad.

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El mundo es inhumano. Y efectista, muy efectista. Los mismos que ahora se muestran compungidos por las terribles escenas de acoso sufridas por Antonio, el quinceañero santanderino con parálisis cerebral del IES Torres Quevedo, que piden a gritos dimisiones, que aportan los datos personales de los agresores, incluidos los domicilios, que se juntan para apalizarlos y darles una lección, son los que lo han permitido.

Las masas nunca se han revelado, porque ese trabajo corresponde a las elites surgidas para la ocasión, pero el hecho es hay que mantenerlas entretenidas, simplemente para que no se alboroten. En la era de la información manipulada, para entretenerlas simplemente hay que ofrecer espectáculo. La política toma nota de que para continuar con la fábula de la democracia hay que tener al votante permanente entretenido y es esta la función que asume el espectáculo político.

El rechazo a la tecnología y sus secuelas parece estar inscrito en alguna porción de nuestro ADN. No nos gustan los cambios y tendemos a pensarlos, muchas veces, como cosas del diablo, entendido este en sentido amplio. Como ejemplo de ello, en la Inglaterra de fines del siglo XVIII y principios del XIX se desarrolló el movimiento “ludita”, citado en cualquier manual historiográfico.

 
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