Quedan escasos días para que finalice este año y, con ello, toda una serie de acontecimientos que nos han sucedido a cada uno de nosotros. Para algunos, cosas buenas que desearán que se sigan repitiendo en el que viene, y para otros no tan buenas y rezarán para que todo pueda cambiar e ir a mejor. Todo depende de la valoración que hagamos, de las experiencias vividas y de la actitud con la que nos tomemos todo aquello que nos va pasando.
Tenemos esa tendencia a poner el marcador a cero cuando llegamos al 1 de enero y a finalizarlo el 31 de diciembre. Y es cuando vamos llegando a esa fecha cuando se debe reflexionar sobre si hemos sido capaces de cambiar aquello que tanto queríamos, si hemos logrado alcanzar las metas que nos propusimos hace casi 12 meses o si hemos sido constantes con aquello que empezamos. A todos nos cuesta cuando se trata de cosas que no tienen que ver con trabajo u obligaciones diarias.
Nos prometimos más tiempo para nosotros mismos y ¿lo hemos cumplido? Dijimos de estar más unidos a nuestra pareja y ¿lo hemos hecho? Intentamos cuidarnos un poco más en aspectos relacionados con la salud pero ¿de verdad ha sido así? Reflexionamos sobre las maneras que existen para intentar tomarnos la vida de forma menos negativa pero ¿lo hemos puesto en práctica? Intentamos no enfadarnos por tonterías y ¿de verdad ha sido así?
Nos convertimos en charlatanes cuando estamos ya por noviembre o diciembre sobre asuntos que tenemos la esperanza de alcanzar, los cuales podríamos haberlos ya conseguido sino hubiera sido porque ponemos esa excusa de tener una fecha que nos impulse como es la del nuevo año. Hemos tenido 12 meses atrás para luchar un poco por aquello que queríamos o para mejorar. También es verdad que en esos meses habrán surgido sentimientos de todo tipo como rabia, frustración, desesperación ante las situaciones más extremas pero seguro que también hemos tenido momentos de ilusión y felicidad dentro de todo el caos que algunas veces podemos sentir en nuestra vida.
Hemos podido experimentar pérdidas de seres queridos, estar pasando por un duelo, rupturas amorosas, despidos, deslealtades, infidelidades… podemos habernos convertido en padres o haber experimentado pérdidas de diferente tipo: de un embarazo ya se de forma natural o no, de nuestra casa por imposibilidad del impago de la hipoteca, de familiares por herencias, de círculos de amigos… En cierta manera, cada año sufrimos una serie de pérdidas, algunas pequeñas y otras un poco más grandes, pero la vida es una suma de circunstancias que nos harán poco a poco más fuertes con respecto al año siguiente. Tenemos que aprender de lo que vivimos y hay veces, que esperamos olvidar todo lo malo que sucedió del año anterior para resetear el momento y es que eso no debe ser así porque todo lo que sintamos es algo que nos hace crecer como personas y que sin querer, nos brinda la posibilidad de emplear las herramientas necesarias para poder gestionar todo aquello que nos sucede. De nada nos vale querer un año lleno de felicidad y cosas buenas donde no exista ningún tipo de inconveniente, porque ante eso pueden suceder dos cosas: una, que nos convirtamos en déspotas ante los demás, y dos, que olvidemos por completo lo que es sentir momentos de tristeza y perdamos la capacidad de gestionar ese sentimiento cuando vuelva a aparecer.
Así que intentemos pensar que los propósitos que nos prometimos realizar con respecto a este año pueden haber sido o no cumplidos, pero si no ha sido así, existen muchos días por delante sin tener que comenzar de nuevo el 1 de enero. Y es que los años que se acaban no son mejores o peores porque todo varía según con qué y con quién lo compares ya que la valoración que haga cada uno nada tendrá que ver con la de otro, porque, además, influye muchísimo el estado anímico en el que nos encontremos en ese mismo momento. El año está a punto de acabar, pero no depende de una fecha que se realicen cambios, sino que depende de uno mismo proponerse metas alcanzables y llevarlas a cabo cuando se sienta con fuerzas pudiendo no coincidir con fechas importantes como es la del comienzo de año.
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