Grabado de Damo de Crotona
Damo, era hija de Pitágoras y Téano, matemática y filósofa, de ella no se conoce mucho, pero no es una sombra cualquiera entre los nombres de la filosofía antigua y las matemáticas.
Nacida en la ciudad de Crotona en el siglo VI a.C., parece haberse aferrado al rigor de las enseñanzas pitagóricas como quien guarda un secreto vital entre sus labios sellados. Algunos dicen que fue la única hija de Pitágoras; otros, que compartió linaje con Arignota y Myia, quienes también siguieron la senda de su padre. Myia habría casado con Milón de Crotona, el famoso atleta griego natural de Crotona y que destacó en la lucha libre, manteniendo una marca inigualada en los juegos de su época, habiendo permanecido más de veinticuatro años en la cima de la fama.
De hecho, muerto Pitágoras, serían su mujer e hijas quienes estarían al frente de la Escuela Pitagórica que agrupaba a muchos discípulos, hombres y mujeres.
Damo no era una figura ornamental en la vida del filósofo sino que al parecer fue una colaboradora muy destacada. Su devoción por su padre iba mucho más allá de las palabras; y Pitágoras, conocedor de su lealtad, le confió sus textos, los mismos que encapsulaban los secretos y saberes de su doctrina.
Él sabía que Damo no traicionaría esa confianza, ni por monedas ni por hambre y así fue. Al morir su padre, Damo rechazó la tentación de vender los escritos que él le había encomendado. Para ella, aquellos tratados eran más valiosos que el oro y los mantuvo en secreto con la dignidad de quien guarda un tesoro que no puede perderse sin sacrificar el alma.
Su vida parece una historia de lealtad y renuncia. Le pasó esos textos a su hija Bitale y a su hermano Telauges, como si fuese consciente de que la preservación de aquel legado debía continuar más allá de ella, en el tiempo, para la posteridad.
Se sabe que Jámblico la describió como hermana de Telauges y al parecer rechazó el matrimonio por el mandato de su padre, aunque también se cree que podría haber casado con Meno El Croniata por la ciudad de Crotona).
Al final, de aquellos escritos no quedan más que rumores en el polvo de la historia, como si el tiempo hubiese decidido cubrirlos de misterio, igual que a la misma Damo.
Damo, como los demás hijos de Pitágoras abrazaron la secta pitagórica que fundara su padre, donde se atribuyen al líder, a Pitágoras, los trabajos de los miembros de la sociedad, con toda probabilidad Damo habría contribuido considerablemente y por ello la especial confianza de su padre en ella.
De Damo no se conservan escritos pero sí encontramos fuentes que relatan que escribió junto a su hermano Telauges, pero se sabe que en ella destacó la fidelidad a su padre y sus habilidades como matemática y médico.
Nieta de Brontinus, que pertenecía al grupo religioso de los órficos que proponían una interpretación del ser humano innovadora, compuesto de cuerpo y alma indestructible que sobrevive tras la muerte y recibe premios o castigos en el más allá, lo que suponía un enfrentamiento a las creencias vigentes, a las tradiciones religiosas del momento en Grecia.
La madre de Damo habría recibido esa filosofía innovadora y la habría transmitido a sus hijos. Lo mismo que los órficos, la escuela pitagórica a la que pertenecía Damo, debía mucho a la mitología egipcia, no parece extraño que esta afinidad impulsase a Theano, madre de Damo, a ser discípula de Pitágoras e ingresara en el grupo de los pitagóricos donde crecen sus hijos.
Madre e hijos habrían sido profesora de la escuela de Crotona que dirigía Pitágoras, encargándose de la misma a la muerte de éste, ya que en esta dociedad no se hacía discriminación sexista para pertenecer a la misma ni colaborar en ella y se han podido contabilizar hasta dieciséis mujeres que estuvieron formando parte de la comunidad pitagórica más antigua.
La escuela de Pitágoras se centraba en los números, según Gorman, Theano y Pitágoras habrían casado cuando él estaba ya en el otoño de su vida y tuvieron una hija: Damo; e hijo: Telauges. Pero no existe unanimidad en la historiografía al respecto, pues otra corriente de historiadores afirma que fueron padres de tres hijas: Damo, Myia y Arignote; y de dos hijos varones.
Al parecer un discípulo joven se habría prendado de la que fuera madre de Damo y cuando la vio preguntó su edad a Pitágoras, que le responde: “Theano es perfecta y su edad es un número perfecto”... “Maestro, ¿no podría usted darme más información?”, a lo que contestó: “La edad de Theano, además de ser un número perfecto, es el número de sus extremidades multiplicado por el número de sus admiradores que es un número primo”.
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