Los jóvenes no lo entienden porque no lo han vivido. Estos tres acontecimientos están relacionados. Han hecho una sociedad sin Dios, maléfica, perversa, marxista. Los marxistas, que se habían infiltrado en todos los medios, propagaron un libertinaje absoluto. Miles y miles de jóvenes de ambos sexos se reunían en "movidas" nocturnas idolatrando a grupos musicales que hasta invocaban a Satanás; se drogaban, emborrachaban, fornicaban. Esa "vacuna" destruyó a la mayoría de la juventud; ninguno de ellos "pisa" la Iglesia y sus hijos ni tan siquiera están bautizados.
Y otro fruto del marxismo es el feminismo radical. Con este panorama se desató una gravísima crisis en la Iglesia. Es evidente que los marxistas se habían infiltrado y, por si faltase algo, se estableció, con el apoyo de miembros de la jerarquía y del clero católico, la "tan alabada prostitución", gracias a la cual se han promulgado las mayores aberraciones que han contemplado los siglos.
En cuanto a la Iglesia Católica, hay mucha confusión; ni entre ellos se entienden. En muchos lugares lo sagrado ha desaparecido. Critican al feminismo radical, pero al mismo tiempo lo fomentan. Yo no puedo imaginarme a la Santísima Virgen haciendo lo que ahora, por mandato de la Iglesia, hacen las mujeres.
Dos ejemplos actuales: la presidenta de los bienes económicos del Vaticano es una monja. Veo en un cartel a la puerta de las iglesias que se van a dar cuatro conferencias sobre la Eucaristía por una señora. No sé quién será. ¿No hay ningún miembro masculino del clero que las pueda dar? No entiendo nada de nada, no porque no tenga fe, sino porque no entiendo qué Iglesia quieren hacer.
Resumen: la juventud no pisa la Iglesia, la Iglesia no sabe cómo actuar, y la descomposición moral de la sociedad ha llegado a lo máximo. Queda un resto fiel, los Apóstoles de los Últimos Tiempos, con los cuales la Santísima Virgen establecerá una nueva era espiritual.
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