Cada día veo más necesaria la puesta en práctica de la moraleja que se desprende de esta fábula. Sabemos que las fábulas son dichos cortos que pretenden transmitir una enseñanza moral, basándose en actos y actitudes de los animales fácilmente asimilables a los seres humanos. En este caso el fabulista escenificaba las vicisitudes de dos burros que se encontraban atados entre sí. La cuerda que les separaba les impedía comer en los dos montones de alfalfa que su cuidador había acumulado a ambos lado del terreno. Acuciados por el egoísmo y la cabezonería propia de los borricos, cada uno tiraba de su lado. El esfuerzo de ambos (basado en el egoísmo y la obcecación) les impedía llegar a cada uno de los montones. Terminan por razonar, deciden trabajar corporativamente y comerse, primero uno y luego el otro, los dos montones de forrajes.
Hasta aquí el cuentecillo, que no es más que un reflejo de la cruda realidad. Si cambiamos los burros (con perdón), por los políticos partidistas (con perdón), nos encontramos con una situación similar a la que se está produciendo en el mundo, en Europa y sobre todo en España.
Parece que no nos damos cuenta de la necesidad de un proyecto común en los tiempos difíciles. Mientras los “espabilados” dirigentes de las grandes mayorías se pelean entre sí -cada uno pensando en su pesebre-, los pequeños (y los grandes) “roedores” se están comiendo los recursos de nuestro país y nos están abocando a conflictos y -Dios quiera que no- a una guerra de dimensiones inimaginables.
El sentido común nos dice que gran parte de los problemas se arreglarían a base de acuerdos. Lo más inteligente y eficaz sería mirar hacia delante y no hacia dentro. Preocuparnos más del bien común que del sillón que ocupamos o que queremos ocupar.
La buena noticia de hoy me la transmiten los políticos europeos que, por fin, se han dado cuenta de la necesidad de estar más unidos que nunca, a fin de defendernos de los “depredadores”, del este y del oeste, que nos están dejando cada vez más indefensos y empobrecidos.
Una segunda y más necesaria noticia la esperamos ansiosamente. Se produciría cuando se pusieran de acuerdo en lo más esencial los dos grandes partidos españoles. Especialmente en los grandes temas: educación, vivienda, trabajo, sanidad, emigración y defensa. Ya está bien de incidir tan solo en “premiar” a los ventajistas que comercian con sus votos. La desunión favorece la debilidad. Pronto se nos ha olvidado aquello de “el pueblo unido…”.
Creo que debemos meditar la fábula y ser al menos tan inteligentes como los burros.
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