El Papa Francisco se fue rodeado de las tres personas de las que siempre fue mensajero: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.
Hoy, todos, miramos al cielo y la DUDA, que siempre acompaña al hombre, suaviza las críticas y realza las cosas buenas. Debemos aceptar, diplomáticamente, al igual, como dicen de Dios las Escrituras, que quizás Francisco se equivocó en la forma de transmitir ciertos temas, NUNCA EN PUBLICAR, SIN DIPLOMACIA, LO QUE SU DIOS, arriba en la cumbre, le indicó: BAJA y DESTRUYE LOS FALSOS DIOSES, quizás me confundí cuando confié en el hombre.
Francisco, hoy, ayer y todos sus antes de ayer, siempre subía al MONTE y siempre BAJABA a la llanura de la REALIDAD POBRE, HUMILLADA, SIN FUTURO y DESPRECIADA... Ahí, SÍ, que sacaba el látigo del templo porque quizás EL HOMBRE SE HABÍA EQUIVOCADO y el SEÑOR, así lo pensaba. Hoy, Padre Francisco, vendrán los que creen, los que dudan, los agnósticos, los poderosos, los nuevos creadores con su Inteligencia artificial..., también vendrán tus amigos, los pobres, con hambre, sin techo y, sobre todo, con poca esperanza...
Te pido, en silencio, también egoísta y crítico, por todos esos visitantes, para que abran sus conciencias y dibujen un camino donde todos puedan pasear, tropezar y levantarse... Te pido por todos ellos, porque el mundo de tu DIOS desea que todos caminen cubriendo sus necesidades y limpiando el sendero por donde deberán caminar los que los siguen.
Padre Francisco, cuando llegues a tu nueva morada, pregunta por “el Hermano Rafael”, San Rafael Arnaiz Barón, joven, como tú, cuando tomó la decisión de acudir a la llamada del Cister, su Trapa. Cuando le veas, dile que nos acompañe y nos ayude a ser SANTOS con el látigo en la mano, como JESÚS y COMO TÚ, a veces.
Gracias por todo y perdona que no te hayamos entendido muchas veces.
Un abrazo.
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