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El motín del Bounty

El machismo es un problema que no se arregla con parches, debe extirparse en su origen
Octavi Pereña
martes, 12 de diciembre de 2017, 07:03 h (CET)
Josep Espinàs en su escrito La violencia que se instala en casa, que trata de la violencia machista contra la mujer, escribe: “Terrible. ¿Qué está pasando? Después del ataque, uno de los hombres se tiró por el balcón de casa. Es difícil de entender estos hechos, así como la reacción de los agresores. Los psicólogos o los psiquiatras nos lo deberían explicar. Porque no se trata de algún hecho ocasional. Es una barbaridad que va creciendo”.

El periodista nos transporta a los psicólogos y psiquiatras para que nos expliquen los hechos que son difíciles de entender. Los especialistas en salud mental pueden analizar la violencia humana en general y la que se perpetra contra la mujer en concreto. Llegado el momento de diagnosticar su origen, enmudecen. No saben que decir. Estudian la problemática desde la visión que dan eminentes doctores que llegado el momento de aportar solución al misterio de la violencia humana, no saben que decir.

Pienso que muchos estarán de acuerdo con Espinàs cuando escribe: “Violencia doméstica, lo llaman. Los perros y los gatos son calificados de animales domésticos, pero es cierto que hay animales humanos que no están adecuadamente domesticados. Hay salvajismo masculino y familiar que a veces estalla. Como la violencia de una tempestad de viento”. El escritor con pocas palabras describe muy bien lo que está pasando. Se queda en una brillante descripción que no aporta solución.

Un relato histórico que desvela el misterio de la violencia. En el año 1787 el capitán Bligh al mando del barco Bounty zarpa de Haití para regresar a Inglaterra. Durante la travesía la tripulación se amotina capitaneada por Fletcher Chrstian. Después de abandonar al capitán Bligh, a los oficiales y a algunos miembros de la tripulación que no se unieron a los amotinados en un bote, el Bounty regresa a Haití en donde la tripulación convence a alguna mujeres que se unan a ellos. Zarpan sin rumbo fijo. Después de muchos días de navegación llegaron a la desconocida isla de Pitcairn que no constaba en la cartografía marina de la época. La isla les pareció un paraíso terrenal en donde dieron rienda suelta a sus pasiones. Debido a que el corazón humano es pecaminoso el paraíso hallado pronto se convirtió en un infierno. Comenzaron destilar alcohol. Las borracheras hicieron acto d presencia. Con ellas se presentaron las bregas, saliendo a relucir los cuchillos y a continuación los asesinatos. Al final la tripulación desembarcada del Bounty se redujo a dos: Edward Young i Alexander Smith. Las mujeres hartas de ser maltratadas se apoderaron de las armas y junto con los niños se atrincheraron en un lugar de la isla. No querían saber nada de aquellos bribones.

Entre las pertenencias desembarcadas del Bounty se encontraba una Biblia. Young que sabía leer la lee y enseña a hacerlo a Smith, Young fallece i Smith al quedarse solo sigue leyéndola. Explica: “Me había estado esforzando como un topo durante años, de repente como si se abrieran de par en par las puertas, encontré a Dios y la carga de mi pecado me abandonó y encontré una nueva vida. De la lectura privada de la Biblia pasó a hacerlo en voz alta con los niños y las mujeres. En el año 1823 un navío llegó a Pitcairn en donde los recién llegados encontraron una comunidad de personas piadosas en donde existía una paz y un amor que no habían visto nunca. Cuando el barco zarpó para regresar a Boston el capitán informó que en todos sus viajes jamás se había encontrado como ahora con personas tan buenas y generosas.

Smith un camorrista y dado al vino hizo que las mujeres le rehuyeran. La transformación que le produjo la lectura de la Biblia se hizo visible. Ponía de manifiesto que las tinieblas del pecado desaparecían viviendo en la luz del Señor. Empezando por los niños las mujeres también se le acercaron. El testimonio de una vida cambiada y la lectura de la Biblia hicieron posible que la pequeña población en Pitcairn estuviese formada por una comunidad de personas redimidas por la sangre de Jesús.

Las proclamas, las manifestaciones, los escritos denuncia, no hacen nada más que denunciar un hecho: la mujer maltratada y convertida en objeto sexual desde muy joven, también asediada por adolescentes cada vez más jóvenes. El problema que se denuncia seguirá existiendo porque la naturaleza humana no cambia, La relación hombre mujer no puede seguir siendo de amo a esclava, de fuerte a débil. El hombre tiene que ver a la mujer “como ayuda idónea” (Génesis 2.20). Esta visión no se materializará en tanto toda la Biblia no se convierta en el libro de lectura diaria y su contenido gravado en el corazón.

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