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Jorge Hernández Mollar
Jorge Salvador Hernández Mollar nació en Melilla en 1945. Casado y con tres hijos, se considera ante todo católico, vitalista y optimista, además de respetuoso con las personas y con los derechos humanos. Se licenció en Derecho por la Universidad Complutense Madrid y ha sido funcionario del Cuerpo Superior de la Seguridad Social. Ha desempeñado cargos orgánicos en el Partido Popular y ha sido Senador, Diputado en las Cortes y Diputado en el Parlamento Europeo. |
Es posible que para algunos/as de mis habituales lectores, el aborto les resulte un tema aburrido o superado ya por esta sociedad relativista y permisiva. Pero como tengo la sana costumbre de documentarme sobre los temas a los que me enfrento semanalmente como opinador y columnista, la lectura de una biografía sobre la conversión al catolicismo de Bernard Nathanson, apodado el “rey del aborto”, me ha motivado para hacer una reflexión sobre el tema.
La tortuosa campaña electoral a la que nos ha sometido Pedro Sánchez hasta las votaciones del 23J, se está deslizando por la pendiente de una frenética comparecencia de los líderes con el objetivo de ocupar la mayoría de los espacios televisivos y radiofónicos.
Si algo está caracterizando a esta nueva generación política es su escasa inclinación al diálogo y al entendimiento no ya con el oponente, sino con los propios afines o próximos. Todo es puro tacticismo que se reduce a decisiones cortoplacistas para alcanzar objetivos inmediatos y con un horizonte limitado y aldeano.
Una simple imagen, una entrevista o un hecho relevante de carácter cultural, político o social, suelen ser motivos de inspiración para quienes tenemos el privilegio de compartir emociones, sentimientos o reflexiones con nuestros lectores. Este ha sido el caso del reciente encuentro de la final Roland Garros de tenis, entre el serbio Novack Djokovic y el noruego Casper Ruud.
El tiempo de descanso al que nos ha obligado la inesperada convocatoria de elecciones generales, es una apropiada ocasión para que el elector valore el conjunto de los equipos que han competido y los resultados obtenidos. El partido de ida no ha podido ser más catastrófico para el equipo dirigido por Pedro Sánchez y sus coaligados.
Tal y como vaticiné en mi columna del domingo pasado, la noche del 28M fue tan infartante para el partido socialista que ni en sus peores crisis se había producido tan espectacular desolación en su sede de la calle Ferraz. A partir de esa noche, todo hacía presagiar que mientras más de ocho millones de ciudadanos festejábamos el brillante éxito electoral del centro y la derecha, Pedro Sánchez debería estar rumiando su reacción desde la madriguera de su fortaleza monclovita.
¡¡Manolo, tú vas a ser Alcalde de Mojácar el próximo 28 de mayo!!, proféticas palabras del inefable Félix Bolaños que, reaparecido después de su mermada salud por los “sucesos” del 2 de Mayo, se ha convertido en un cooperador necesario para la más que previsible derrota electoral de su partido.
El afamado neurocientífico portugués Antonio Damasio, premio Príncipe de Asturias, considera que ser inteligente significa “hacer cosas que puedan ser beneficiosas tanto para ti, como para los otros, o para la humanidad en general”, lo que extiende la inteligencia a un concepto más amplio que el de una persona con gran capacidad intelectual.
Cuando esta semana pasada saltó la noticia de la inclusión de 44 etarras condenados por terrorismo en las listas municipales del País Vasco, de los que siete lo han sido por asesinato, confieso que me inundó una extraña sensación de indignación y tristeza. Es como si la sangre que riega el cerebro a través de sus arterias y venas, lo hubiera anegado con la fuerza de una lluvia torrencial.
La gran atención de los medios de comunicación se ha centrado estos días en el grosero espectáculo que nos ha ofrecido todo un ministro de la Presidencia de España, Félix Bolaños, al intentar “colarse” en la tribuna de autoridades durante los actos de la Comunidad de Madrid, que se celebraron para festejar el Dos de Mayo. Un nuevo episodio de la parodia en la que ya se ha convertido la política española.
Charito (María del Rosario Testa) se presenta como candidata a la alcaldía de Patones, un pueblo de la Comunidad de Madrid, a los ¡99 años de edad! Su slogan de campaña no puede ser más feminista: “Mueven más dos tetas que dos carretas”. Lo sorprendente para mí fue la simpatía, lucidez y el desparpajo que demostraba cuando su centenario estaba ya a punto de cumplirse.
Durante su gobierno, Zapatero declaró en el Parlamento que “muchos de los objetivos y de las grandes aspiraciones de la II República están plenamente vigentes”, y que “es un buen recordatorio para saber que la España de hoy mira a la España de la II República con reconocimientos y con satisfacción y orgullo por ver lo que hemos sabido hacer entre todos en esta etapa constitucional”.
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