Charito (María del Rosario Testa) se presenta como candidata a la alcaldía de Patones, un pueblo de la Comunidad de Madrid, a los ¡99 años de edad! Su slogan de campaña no puede ser más feminista: “Mueven más dos tetas que dos carretas”. Lo sorprendente para mí fue la simpatía, lucidez y el desparpajo que demostraba cuando su centenario estaba ya a punto de cumplirse.
No deja de llamar la atención que el líder los EEUU, Joe Biden, anuncie su reelección cuando su edad alcanza los 80 años y su opositor Donald Trump haga lo propio a sus 76 años. Sin ir más lejos nuestro flamante y querido Alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, está dispuesto a encarar un nuevo mandato a sus 80 años, después de 22 años en el cargo, y con una lucidez y vigor envidiable. Sin entrar en consideraciones personales ni políticas, estos ejemplos de longevidad activa en nuestra sociedad occidental, invitan a una reflexión.
Según la ONU en 2060 el 30% de la población mundial tendrá más de 65 años, por el 17% de hace diez años. En los próximos años como consecuencia de la jubilación de la generación baby boom,se va a producir la salida del mercado laboral de millones de personas que coincidirá con la preocupante caída de la natalidad y la inevitable reducción de la población activa. Lo cierto es que un país con una pirámide demográfica invertida como la actual no tiene futuro, ¡con o sin robots!
Estamos ante una auténtica revolución social que está afectando seriamente al sector público y a la actividad privada. En Francia se produjo una auténtica batalla campal por la reforma de las pensiones propuesta por Macron. En España, sin embargo, el ministro José Luís Escrivá , la ha despachado con un “apaño” con los adocenados sindicatos, excluyendo del obligado diálogo a la parte empresarial y a la oposición. Un irresponsable e irracional disparate.
El envejecimiento poblacional también afecta a la educación. Según Eurostat el número de estudiantes de enseñanza obligatoria ha pasado de 79 millones en 2000 a 73 millones en 2021. En España, gracias a la inmigración el descenso ha sido menor. Hoy representan el 10,7% del total, unos 900000 estudiantes, cuando en el año 2000 apenas existían. Es relevante también el impacto sobre el incremento del gasto público sanitario tanto en la cantidad por el incremento de la población envejecida, como en la calidad de las prestaciones y fármacos.
En el sector privado, se ven afectadas la industria farmacéutica por el incremento de las enfermedades de personas longevas y la de cuidados personales y dependencia que exigirán más geriatras, enfermeras, fisioterapeutas o trabajadores sociales. El propio sector inmobiliario o turístico tendrá que adaptarse a una mayor demanda de ciudadanos “seniors”. En España hay, por ejemplo, 4,7 millones de personas que viven solas, más de dos millones son mayores de 65 años. ¿Es consciente nuestra sociedad del reto al que ya se está enfrentando?
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