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Wifredo Espina
Articulista
Wifredo Espina Claveras nació en Vic (Barcelona) en 1930. Estudió Derecho y Periodismo, y se trasladó a Madrid, donde dirigió el semanario Crítica. De regreso a Barcelona cursó el doctorado en Derecho y ejerció once años de profesor en la Universidad de Barcelona. Al mismo tiempo trabajaba en los semanarios Revista y CEAM. Durante seis años fue profesor en la Escuela Archidiocesana de Barcelona y en 1961 entró en El Correo Catalán, donde estuvo 24 años. En esta etapa destacó su columna 'Cada cual con su opinión', creando un estilo de periodismo e influyendo durante los últimos años del franquismo y en la transición. En 1968 el diario Pueblo lo eligió 'Periodista español del año'. Como directivo de la Asociación de la Prensa promovió y redactó una propuesta sobre la cláusula de conciencia y secreto profesional que fue introducida en la Constitución. Ha colaborado en revistas como Destino, Telos e Imcom, del Institut Méditerranéen de la Communication, del que fue vicepresidente. En 1986 dirigió el programa de debate 'Diàleg' de TVE y colaboró como articulista en La Vanguardia, ABC, Ya, La Razón y El Mundo. En 1987 fundó el Centre d'Investigació de la Comunicació, que dirigió hasta 1997. En 2004 publicó el libro 'Converses amb Wifredo Espina' y en 2005 'Centre d'Investigació de la Comunicació. Una institució catalana oberta al món'. Actualmente colabora en SIGLO XXI como articulista y trabaja en el libro '100 Preguntas a Wifredo Espina' y en una recopilación de artículos publicados sobre el nuevo 'Estatut'.
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El aforismo de que los electores nunca se aquivocan parece demasiado simplista. No sólo los políticos se equivocan, también los que los votan pueden caer en error. La repetición de elecciones avanzadas pueden darnos una pista.
Los medios abusan de palabras que solo transmiten emociones pasajeras o que son vacías de conceptos. Son buenas captadoras de clientela mediocre. Y generadoras de fama etérea y dinero fácil. Pero no mejoran ni enriquecen la sociedad. Es un virus que se extiende ràpido.
Algunos se dejan crecer la barba para disimular. Sonaría a grosero llamarles niñatos de la política. Con la elegancia que le caracteriza, Núñez Feijóo les califica de 'políticos adolescentes'. Una impresión muy extendida a la hora de pretender explicar las causas de la actual preocupante situación política.
Una izquierda centrada, moderada y realista podria ser aceptable, quizás conveniente, para turnar una derecha, que se derrumbó sobre el estiercol de la podredumbre de demasidos y por demasiado tiempo.
Si Sánchez aseguró que había 'discrepancias profundas en questiones de estado' con Podemos, ¿cómo es posible un pacto de coalición para gobernar ? Una contradicción que minará el próximo gobierno desde el primer dia. Un desastre.
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