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Las intensas olas de calor y la sequía causadas por El Niño están reduciendo críticamente los niveles de agua en el río Amazonas y sus afluentes, diezmando la población de peces, limitando el riego de cultivos y el transporte para garantizar el suministro de agua y alimentos. Es inminente una crisis alimentaria en la cuenca del Amazonas: "Miles de personas se verán obligadas a migrar, y los niños y niñas serán cada vez más vulnerables al trabajo infantil y al abuso".
Los cambios en el régimen climático y de lluvias desencadenados por el fenómeno El Niño impactan incluso en los regímenes de caza de ciertos animales que favorecen la transmisión y propagación de enfermedades infecciosas en América Latina y el Caribe. En la región amazónica, este es el caso de la equinococosis poliquística, que puede ser mortal, según halló un nuevo estudio.
El crimen, así como la destrucción del bosque, debe estar presente en la agenda de la cumbre de gobernantes de los ocho países de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (Otca) que se realizará los días 8 y 9 de agosto, planteó un análisis elaborado por la organización International Crisis Group.
No solo el COVID-19, nos destruye, afecta, mata y esta presente en todo el Planeta. Las acciones humanas son extremadamente peligrosas a la hora de mantener la deforestación continuada. Europa, ha dejado de lado la importancia de los valores forestales y agrícolas. Estamos destruyendo nuestros bosques a marchas forzadas. No debemos llevarnos las manos a la cabeza, porque la realidad es muy triste.
En la Amazonia peruana, activistas advierten que el virus podría devastar a comunidades indígenas aisladas, luego de que se confirmaran seis casos de coronavirus entre los nahuas.
En la víspera del ‘Dia do Índio’ en Brasil, apareció sobre un camino de tierra en el estado de Rondonia en la región amazónica, el cuerpo sin vida de Ari Uru-Eu-Wau-Wau. El joven, de apenas 33 años fue asesinado mientras realizaba tareas de vigilancia ambiental contra la tala ilegal. Su muerte, al igual que la de muchos otros guardianes del bosque que perdieron la vida en defensa de sus tierras y recursos, forma parte de un problema mayor: la violencia y discriminación generalizada contra los más de 370 millones de pueblos indígenas que habitan alrededor del mundo.
En Brasil, el presidente de extrema derecha Jair Bolsonaro ha presentado un proyecto de ley que despejaría el camino para la minería, la agricultura y la extracción de petróleo y gas en tierras indígenas, incluso en la Amazonia brasileña.
En Brasil, agrupaciones en favor de los derechos humanos advierten en una carta abierta que los últimos pueblos indígenas no colonizados de la Amazonia se enfrentan al “genocidio”, en medio de incendios arrasadores y crecientes incursiones en sus territorios.
La ola de incendios que ha sufrido durante el mes de agosto la Amazonía, equiparable a 4.2 millones de campos de fútbol, han supuesto una pérdida de zona boscosa de casi el doble con respecto al año anterior. Un duro golpe que no hace más que agilizar el proceso de deforestación que sufre hoy día la selva tropical más grande del mundo.
En Brasil, los líderes católicos están condenando una serie masiva de incendios en la Amazonia, que se suman a la presión contra el presidente de extrema derecha de ese país, Jair Bolsonaro, para que impida que los mineros, agricultores y ganaderos ilegales destruyan la selva tropical, cuya existencia es fundamental para frenar la crisis climática.
La supervivencia de pueblos indígenas no contactados en la Amazonia brasileña peligra en estos momentos como consecuencia de los incendios que arrasan su selva.
Brasil está rechazando una promesa de las naciones del G7 de proporcionar 22 millones de dólares de ayuda para combatir los incendios forestales en la Amazonia. El lunes, el presidente de extrema derecha de Brasil, Jair Bolsonaro, acusó al presidente de Francia, Emmanuel Macron, y a otros líderes mundiales del G7 de tratar a Brasil como una “colonia o tierra de nadie”.
Naciones Unidas llama a la protección de la Amazonía en medio de temores de que miles de incendios en todo Brasil destruyan rápidamente la selva tropical más grande del mundo y se allane el camino para una catástrofe climática.
Naciones Unidas llama a la protección de la Amazonía en medio de temores de que miles de incendios en todo Brasil destruyan rápidamente la selva tropical más grande del mundo y se allane el camino para una catástrofe climática.
El miércoles, Jair Bolsonaro, el presidente de extrema derecha de Brasil, afirmó, sin pruebas, que los culpables de los incendios en la Amazonia son las organizaciones no gubernamentales.
En Brasil, la indignación pública está aumentando por los incendios forestales masivos que han consumido partes de la Amazonia durante varias semanas. El hashtag #PrayForAmazonia fue tendencia el martes mientras circulaban imágenes de los furiosos incendios en las redes sociales.
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