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En Brasil, los líderes católicos están condenando una serie masiva de incendios en la Amazonia, que se suman a la presión contra el presidente de extrema derecha de ese país, Jair Bolsonaro, para que impida que los mineros, agricultores y ganaderos ilegales destruyan la selva tropical, cuya existencia es fundamental para frenar la crisis climática.
La supervivencia de pueblos indígenas no contactados en la Amazonia brasileña peligra en estos momentos como consecuencia de los incendios que arrasan su selva.
Brasil está rechazando una promesa de las naciones del G7 de proporcionar 22 millones de dólares de ayuda para combatir los incendios forestales en la Amazonia. El lunes, el presidente de extrema derecha de Brasil, Jair Bolsonaro, acusó al presidente de Francia, Emmanuel Macron, y a otros líderes mundiales del G7 de tratar a Brasil como una “colonia o tierra de nadie”.
Naciones Unidas llama a la protección de la Amazonía en medio de temores de que miles de incendios en todo Brasil destruyan rápidamente la selva tropical más grande del mundo y se allane el camino para una catástrofe climática.
Naciones Unidas llama a la protección de la Amazonía en medio de temores de que miles de incendios en todo Brasil destruyan rápidamente la selva tropical más grande del mundo y se allane el camino para una catástrofe climática.
El miércoles, Jair Bolsonaro, el presidente de extrema derecha de Brasil, afirmó, sin pruebas, que los culpables de los incendios en la Amazonia son las organizaciones no gubernamentales.
En Brasil, la indignación pública está aumentando por los incendios forestales masivos que han consumido partes de la Amazonia durante varias semanas. El hashtag #PrayForAmazonia fue tendencia el martes mientras circulaban imágenes de los furiosos incendios en las redes sociales.
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