| ||||||||||||||||||||||
Lo cierto es que, de un tiempo a esta parte, los españoles vamos perdiendo la confianza en quienes nos gobiernan y lo mismo se puede decir de una serie de instituciones que han ido demostrando, a lo largo de esta legislatura, que su independencia y objetividad han quedado muy lejos de lo que el pueblo, legítimamente, podría esperar de ellos.
El muy noble y dos veces leal pueblo valenciano, dice: ¡basta ya! No somos ni pertenecemos a los Países Catalanes, ese país inventado, al que nos quieren hacer pertenecer y en el que nunca hemos estado: ni por cultura, ni por lengua, ni por tradiciones, ni por creencias religiosas. Valencia, es un territorio libre, independiente y adherido a la nación española.
Algunos pudieran pensar que ha sido la gran pandemia del Covid 19 la que más ha influido en el evidente deterioro por el que está pasando la nación española, pese a que los que nos gobiernan no dejan de sacar pecho, basándose en hechos circunstanciales, sin tomar en cuenta los negros nubarrones que nos amenazan desde más allá de nuestras fronteras y olvidándose de los graves problemas que, cada día, se hacen más evidentes.
Proyecto iniciado por personas comprometidas con la sociedad catalana y con un sentido de estado normalizado. Llamo normalizado al concepto de desarrollo y evolución histórica de Europa, política y culturalmente. La “historia” en algunos territorios del mundo que conocemos, ha creado monstruos.
Resulta sorprendente, aleccionador y, desde todos los puntos de vista, sumamente preocupante el que esta parte de España, dotada de atributos naturales de gran belleza y de lugares idílicos, haya entrado, debido a la cerrazón de sus políticos, en una espiral de autocomplacencia, menosprecio de la nación española, sentimientos de rechazo y resentimientos con respeto al resto de la ciudadanía patria.
¿Viva Cataluña libre? Acaso no lo es. ¿Cuándo no lo ha sido? ¡Cuántos complejos atenazan al independentismo! ¿Cuándo no ha sido libre como lo es cualquier comunidad de España? ¿Acaso Cataluña no está en España? ¿De qué libertad hablan esos impresentables y cutres nacionalistas? Exceso de discurso cutre, hueco y con incontenida palabrería. El tal Aragonés no pasa holgado un curso de castellano ni con recomendación.
Como sigo siendo gran amigo de los refranes, y además poseo para consultar los tres tomos de esa gran obra titulada “Refranes y Paremias Grecolatinas”, cuyo autor es mi amigo el cordobés Rafael Martínez Segura, hoy quiero emplear uno que viene “al pelo” para ocuparme de Cataluña, esa región del nordeste de España que se encuentra al borde del abismo porque ellos, por acción u omisión, se lo han buscado. Se trata del refrán que dice así: “Quien mal anda, en mal acaba”.
Las cosas se ponen feas en Cataluña, pero también para los propios catalanes. El complejo catalán se agudiza y, cada vez con más insistencia, el alumnado se rebela contra el profesorado y contra el sistema educativo catalán. La división irreconciliable de familias catalanas es un hecho y el sufrimiento de familias de policías y otros profesionales llegados a Tabarnia y Tractoria empieza a cambiar en algunas zonas.
No es fácil poner orden en Cataluña y tampoco en España. Lo están intentando varias familias frente al supremacismo catalán; lo han intentado asociaciones y agrupaciones no catalanistas; no dejan de hacerlo los partidos constitucionalistas: unos más que otros, porque el Partido Popular se limita a hablar, pero no actúa. Del Gobierno mejor no hablar: su actitud es calificada de «despreciable ante el sufrimiento de miles de familias represaliadas en Cataluña».
En nuestra nación, España, hay algunos que parece que se han olvidado de que los españoles, los que formamos parte de esta nación multi centenaria, hemos ido de la mano durante muchos años, con nuestras diferencias, nuestras individualidades, nuestras propias costumbres y nuestras ideas que podemos defender gracias a nuestras cámaras de representación popular.
Sin duda alguna, en España, tenemos la rara y desagradable costumbre de tirarnos piedras sobre nuestro propio tejado. Lo hemos hecho cada vez que hemos tenido la ocasión de mejorar nuestra situación nacional e internacional. Ya lo hicimos cuando el descubrimiento de América con las grandes remesas de oro que íbamos recibiendo del nuevo continente, malgastadas por nuestros reyes en cruentas e innecesarias guerras con nuestros países vecinos.
El tener políticos de medio pelo como ministros tiene, como es evidente, sus inconvenientes. Pero, si además carecen de sentido común, están menguados de inteligencia y, para colmo, son sectarios de ideologías comunistas, podríamos decir que se trata de lo peor que le pudiera suceder a una democracia.
El golpear el hierro candente sobre la bigornia, son del martilleo. música perene del bocafragua representan el mito, la semblanza del trabajo del hombre frente a la penumbra del taller, iluminado por la chimenea y con predominio de los colores terrosos, irrumpe el dios solar irradiando luz de la cabeza y del manto amarillo que, con el fragmento de cielo azul, animan la composición.
Hoy no puedo ser condescendiente con lo que pasa en Cataluña. Siempre que he escrito sobre esta región española he procurado hacerlo con la mayor ecuanimidad, a la vez que, con verdad y dureza, como suele ser mi costumbre. Hoy tengo que ser beligerante con unas gentes que no merecen el título de personas, porque son verdaderos animales.
No hay peor ciego que quien no quiere ver. Este dicho de nuestra lengua se puede aplicar con toda propiedad a los catalanes, la mayoría de ellos independentistas que rehúsan emplear la lengua oficial del Estado, que, según nuestra Constitución, es el Español. El sañudo y desmesurado ataque que en esa región está sufriendo nuestra lengua se manifiesta a todos los niveles, no solo en eldela enseñanza,sino en el resto de las actividades de los ciudadanos.
La que conocemos como Ley del Péndulo nos habla de cómo la sociedad estancada en situaciones extremas desea y busca el conocimiento de los “espacios” opuestos o contrarios. Puede valer ese concepto como explicación de enciclopedia general, pero cuando uno profundiza y analiza la historia de las múltiples culturas y sociedades vemos que el “Péndulo” tiende siempre a volver a determinados “status” políticos por intereses o proyectos de grupos de presión social.
En la comunidad catalana y, concretamente, en la prensa escrita, tenemos un ejemplo palpable de lo que supone un medio privado de información puesto al servicio de la causa separatista, en el que colaboran un plantel de periodistas a los que no les importa inventar, tergiversar, falsear y vender como buenas, actuaciones de la Generalitat, el gobierno socialista, los partidos separatistas catalanes y las instituciones adictas al objetivo independentista.
Los movimientos separatistas que existen en el mundo, de los que no somos ajenos en España, nacen por el deseo de algunos grupos políticos en ser autónomos de una comunidad superior a la que pertenecen desde hace muchos años, para lo cual emplean generalmente acciones ilegales de todo orden. Suelen alegar razones diversas como religiosas, lingüísticas, étnicas o políticas.
En España, señores, hemos entrado de lleno en la época de los despropósitos gubernamentales, a precio de saldo. Parece ser que todo lo que se está organizando en esta nefasta etapa de entreguismo del país a quienes tienen el propósito de llevarlo al desguace, tiene un componente encaminado a trastocar los valores tradicionales de los que hemos gozado durante años.
Cuando uno lee, en un periódico catalán:“El Gobierno necesita que el órgano (el CGPJ) se renueve para nombrar a dos magistrados progresistas para el TC”, no sabe si quien lo escribió no tiene ni idea de lo que representa el poder judicial o si de lo que se trata es de la constatación de que lo que se propone el gobierno de Sánchez es despojar del derecho constitucional a los ciudadanos que no estén de acuerdo con el pensamiento único que piensa imponernos el Estado.
|