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El mundo, con sus moradores al frente, necesita recuperar nuevos bríos más tranquilizadores, ante las tremendas perturbaciones ocasionadas por la pandemia, por nuestras propias luchas internas y externas, lo que ocasiona una persistente desolación e incertidumbre. No habrá reparación si continuamos con este estado de insensatez y atropello permanente.
Todo es iniciar la semana de la sorpresa mayor en la historia del Partido Popular, y lo que rondaré morena, cuando la aparente calma de la mentira nacional estalla como en aquellos viejos y recordados corrales de vecino, hasta poner pies en pared como defensa a tanto alboroto, por lo que he decido leer de nuevo el Tartufo de Molière.
Que la guerra interna del Partido Popular sea analizada -con amplitud y abundancia en los medios de comunicación- como una lucha fratricida y personalista -por no decir como un Juego de Tronos- por liderar la derecha, oculta la realidad. Destacar la ruidosa trama de espionaje o el escandaloso caso de corrupción confunde e impide ver en qué circunstancias ha tenido lugar este estallido.
Lo que hoy está ocurriendo en el seno del Partido Popular no afecta solamente a la vida interna del partido ni a sus militantes y cargos orgánicos. Es toda España la que hoy mira a la sede de Génova 13 con la preocupación de que un edificio sólido desde hace casi cuarenta años (y no me refiero a los ladrillos), se tambalea de forma muy peligrosa para su estabilidad y la de la gobernabilidad nacional.
El reconocimiento oficial ruso de las repúblicas del Donbás y el inminente ingreso de sus tropas "pacificadoras" a estas echa más gasolina al fuego. Moscú quiere ir gradualmente doblegando a Kiev para que desista de querer ingresar a la OTAN. Mientras tanto, los mandatarios de EEUU y de Reino Unido no quieren ceder en esa demanda, amenazan con armar aún más a Ucrania y con sanciones sin precedentes, a la par que alertan que Europa puede estar cerca de su peor guerra en 77 años.
“Los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumentos para la participación política… Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos” (Constitución, Art. 6). Partido político, según el diccionario (acepción 5), es un “Conjunto o agregado de personas que siguen y defienden una misma opinión o causa”.
Huele a podrido en el Partido Popular. Esa podredumbre la han acercado a la formación política los ahora atrincherados, Pablo Casado y Teodoro García Egea. No por casualidad ya son conocidos como «FraCasado» y «Traidoro». Del paro no sé si saldrá mucha gente para trabajar, pero el ingenio sale por todas partes. No sé qué hubiera pasado si presencia este espectáculo don Manuel Fraga, pero sí sé que algunos saldrían a gorrazos y lamiendo los destrozos causados.
Llegó la hora de las lamentaciones, de las excusas, de cargarles las culpas a los demás, de buscar la salvación a cualquier precio o del “ya te lo decía yo”; pero nadie tiene la valentía de pedir perdón, dimitir o admitir que su gestión ha sido equivocada y un quebranto para el partido. Nada de todo ello le va a valer a este PP de hoy, afectado por uno de los mayores y más absurdos escándalos que se han visto desde que en España entramos, al menos nominalmente, en una democracia.
Eolo nos ha Enviado a la peor tormenta registrada durante el reinado de Elizabeth II y, posiblemente, En toda la historia de England. Esta ha producido aquí 4 muertos (la mitad del total de 8 en Europa), la destrucción de numerosos Edificios y Estructuras (incluyendo el domo del milenio). Entre 200 a 300 mil hogares se han quedado sin Energía Eléctrica.
Este artículo está dedicado a todos aquellos, hombres y mujeres anónimos que desde su solidaridad aportan ese grano de arena para construir la playa de la Humanidad. En tiempos convulsos, emocionan los gestos solidarios de aquellos que intentan hacer un mundo mejor y más justo. Momentos que generan esperanza en un mundo que se envuelve en conflictos externos e internos.
La comisaria europea de Energía, Kadri Simson, pidió este lunes en el Foro de la Nueva Economía que los países europeos preparen planes de contingencia en relación con el suministro de gas ante “la peor situación posible” en Ucrania, por la posibilidad de que estalle un conflicto bélico que afecte al mercado. A largo plazo señaló que Europa debe seguir desarrollando las renovables para no depender de exportaciones extranjeras
En las instituciones donde existe la jerarquía siempre hay personas capaces e incapaces. Las primeras se dedican a trabajar en silencio poniendo lo mejor de su saber al servicio de llevar a buen término el quehacer que los ocupa. Los segundos, es decir, los incapaces son los llamados trepas que a lo único que dedican su tiempo es a intimidar, crear discordia, interferir ya que por sus propios medios no conseguirían nada y mal meten todo lo que pueden.
Del conflicto que hay entre Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, y los dirigentes nacionales del Partido Popular, se siguen conociendo nuevos detalles y supongo que surgirán más en los próximos días. Por lo pronto, y salvo aclaraciones posteriores, creo que el presidente Casado no ha estado acertado en los comentarios que hizo en la cadena Cope.
Julio Verne se equivocó cuando profetizó: “Con el submarino no habrá más batallas navales. Como se seguirán inventando instrumentos de guerra cada vez más perfeccionados y terroríficos, la guerra será imposible”. Desde el origen del tiempo las guerras se han ido haciendo cada vez más mortíferas y devastadoras.
Todo plan estratégico tiene un objetivo. Y es ahí donde debemos colocar el foco para atar cabos en la guerra del Partido Popular. Para sorpresa de nadie, el de Pablo Casado es la Moncloa. Como cualquier otro político voraz e insaciable de poder, todo sacrificio sería poco para lograr su ansiado propósito. La instauración del noísmo por antonomasia hacia el gobierno y un discurso cada vez más al borde del precipicio derecho lo constatan.
La larga historia de un partido, como es la del Partido Popular, que viene prestando relevantes servicios a España con el esfuerzo, el tesón y la generosidad de millones de votantes y simpatizantes y miles de cargos públicos honestos y leales, no puede verse mancillada por una infantil y esperpéntica lucha interna de poder.
Debo confesar que nunca he pertenecido a ningún partido político, ni he tenido apetencias de participar activamente en política. Sin embargo, sí he estado (y estoy) interesado en lo que ocurre políticamente en España y en el resto del mundo, igual que me interesan los deportes, las reuniones con mis amigos y las tertulias con grupos afines.
Las discrepancias internas entre los distintos sectores del PP cada día se han estado haciendo más evidentes y, pese a lo que nos pueda doler a los que siempre hemos votado por dicha formación, no podemos alegar sorpresa ante lo que acaba de venírsenos encima. Es la maldición de la derecha, su talón de Aquiles: en cada ocasión en la que se le ponen las cosas a huevo, encuentra el medio más eficaz para echarlo todo a perder.
Tras la movilización de tropas rusas en la frontera con Ucrania, la posible e inminente agresión militar por parte de Putin al país y el aumento de las tensiones diplomáticas entre Rusia y Occidente han provocado que Ucrania viva una situación volátil en cuanto a su seguridad. Kiev ha denunciado ciberataques contra el Ministerio de Defensa y bancos estatales, añadiendo que tiene sospechas de implicación de piratas informáticos asociados con Rusia.
Médicos del Mundo recordó este lunes que 4,4 millones de personas en Haití, casi el 40% de una población total de 11,5 millones, necesita ayuda humanitaria. La combinación de terremotos, huracanes y pandemias, junto a uno de los sistemas sanitarios más precarios del mundo y unas elevadas cifras de violencia,, sitúan a Haití en una permanente “emergencia sanitaria”.
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