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Los menores expuestos a desastres naturales, como la DANA que ha azotado la provincia de Valencia, pueden desarrollar síntomas de estrés, ansiedad y, en algunos casos, trastorno por estrés postraumático. El ambiente de inseguridad, la incertidumbre que genera la posibilidad de nuevas lluvias y la pérdida de la rutina diaria, afecta especialmente a los más pequeños, quienes aún no tienen las herramientas emocionales necesarias para afrontar eventos de este tipo.
Para Pedro Sánchez, las víctimas de Paiporta y los voluntarios que se volcaron con el desastre de la localidad «son unos violentos marginales». No se imagina el presidente cómo llamamos a los psicópatas que han mostrado dejadez ante esta tragedia, además de pretender sacar rédito político al sufrimiento de los habitantes de la mencionada localidad.
Para lo que le quede de vida al traidor, embustero y dictador Pedro Sánchez, se le recordará como el más gallináceo espécimen que haya desempeñado (es un decir) un cargo político en nuestra querida España. Al cúmulo de decisiones perjudiciales que ha venido tomando desde que cambió el colchón de la Moncloa, este siniestro personaje, se retrató perfectamente el pasado 3 de noviembre de 2024, en su viaje a la Comunidad Valenciana.
Annika Coll, experta en emergencias, según El País, cuya noticia es levantada hoy, 4 de noviembre, por La Nación -periódico masivo de Argentina- reflexiona: “En España hay gente que no confía en los mensajes de alerta de las autoridades porque no confía en los políticos” y (…) “la gente se enoja si le dicen que va a nevar y luego no nieva”.
Finales de octubre de 2024. La DANA comenzó su camino devastador, originado por una serie de elementos naturales conocidos por los expertos que deben ayudar a prevenir y avisar a la población. ¿Qué sucedió? La justicia deberá estudiar y exigir responsabilidades a las autoridades competentes en estos casos.
La vida nos introduce en una especie de templo cósmico que tiene por bóveda los mares celestes y por naves las regiones del mundo; por cuyo interior navegan los seres humanos, a la espera de conciliar mareas y de reconciliar oleajes. Para ello, hay que comprometerse por remar sobrellevándonos mutuamente, mediante una actitud responsable que aminore tensiones con el análogo y disminuya afanes destructivos entre nosotros y con la naturaleza.
Lo que parecía una buena noticia –la llegada, por fin, de las lluvias- se ha convertido en unos días muy tristes para todos los españoles. Esta vez las inundaciones no se han producido en la India. Ni los tornados han asolado las praderas del lejano oeste americano. En un largo día de finales de octubre, unas cataratas de agua, procedentes de la maldita DANA, han arruinado la vida de una buena parte de nuestra España.
Ayer en Valencia la naturaleza sacó los colores a todos aquellos políticos cuyos votos sólo valen para “mantenerse ellos en el poder y sostener a su jefe, como puros mercenarios”. Parece ser que lo importante hoy en España es el euskera, el catalán, el valenciano, el gallego, etc. Cuidar los montes, los cauces de los ríos, los planes urbanísticos respetuosos con la naturaleza..., eso es política barata y de poco rendimiento.
“Helene” y “Milton” podrían ser los nombres de dos tíos favoritos, pero se han convertido, en cambio, en los nombres de dos huracanes que han dejado muerte y destrucción a su paso y en emblemas del cada vez más grave desastre climático que afecta al planeta.
Huracanes como Milton, que se desplaza peligrosamente por la península de la Florida, en el sureste de Estados Unidos, como su predecesor Helene, son potenciados por el calor incrementado por el cambio climático, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
El cambio climático constituye la mayor amenaza medioambiental a la que se enfrenta la humanidad en estos momentos, puesto que se está produciendo con una velocidad e intensidad sin precedentes en la historia, en parte debido a la actividad humana, principalmente por la quema de combustibles fósiles, que generan gases de efecto invernadero, sus consecuencias pueden ser devastadoras, tanto para el medio ambiente como para las personas.
En 2023, el mundo registró 47 millones de nuevos desplazamientos dentro de las fronteras debidos, en gran parte, a desastres y conflictos, y el número total de quienes viven en esa situación se elevó a 75,9 millones, según se indica en un informe divulgado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
En el año 2014, tuve el honor de ser el primer escritor latinoamericano invitado a la feria del libro de Casablanca, y estando de visita en tierras tan atractivas al viajero, no pude resistir a la tentación de magnéticas fuerzas telúricas que sin que supiera cómo, me llevaron a Fez.
La sequía y los fuertes vientos potenciados por el cambio climático propiciaron las condiciones ideales para los voraces incendios forestales que se desataron la semana pasada en la isla hawaiana de Maui, en donde gran parte de la histórica localidad de Lahaina fue arrasada totalmente por las llamas.
Las lluvias torrenciales, lo imprevistos y tempestuosos aguaceros, las inundaciones y los deslizamientos de tierra siguen causando daños colosales y cobrándose vidas en Himachal Pradesh, el estado del norte de India en las estribaciones del Himalaya. Y la pregunta que todo el mundo se hace es: ¿por qué está ocurriendo esto?
Seis meses después de que se produjera el devastador terremoto, la situación humanitaria en el noroeste de Siria es peor que nunca. "Ha pasado medio año desde que el devastador terremoto sacudiera el noroeste de Siria y el sur de Turquía. Las familias sirias continúan lidiando con sus secuelas, además de la angustia permanente causada por el largo conflicto, la recesión económica, un brote de cólera y las duras condiciones climáticas", explica Johan Mooij.
El hemisferio norte está experimentando temperaturas máximas sin precedentes que han causado muertos, heridos y desplazamientos de población. Partes de China, Europa y Estados Unidos no solo están batiendo récords de altas temperaturas, sino que también están superando la marca de días consecutivos de calor potencialmente mortal. La ciudad de Phoenix, en Arizona, registró 20 días ininterrumpidos con temperaturas máximas superiores a 43 grados Celsius.
Seguro que parecía el Apocalipsis: rayos, lluvias intensas, altas temperaturas, caída de aludes, huaicos, desbordes de ríos, inundaciones, viviendas afectadas destruidas, arrasadas es decir desaparecidas, daños en carreteras, desabastecimiento de corriente eléctrica, alimentos y agua. Sí, hablo y escribo de ‘Yaku’ el ciclón.
Eventos desastrosos como las inundaciones en Pakistán, la sequía prolongada en el Cuerno de África o las olas de calor en Europa, mostraron este año la urgencia de actuar para enfrentar los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos, planteó este viernes 23 la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Ha habido 40 personas evacuadas y nueve están en estado crítico. Desde la dirección del festival expresan su "profundas y sinceras condolencias" a familiares y amigos afectados por el accidente. El gobierno va a investigar si se cumplían las medidas de prevención.
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