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La eurozona se enfrenta a una fuerte divergencia entre un sector industrial débil, plagado de cuellos de botella en la oferta, mayores costes de los insumos y un debilitamiento del sentimiento, y un sólido sector de servicios. El gasto en servicios repuntará en los próximos meses a medida que se normalice la actividad turística y hostelera.
Crédito y Caución prevé que la invasión rusa de Ucrania recorte en 2022 un punto del crecimiento del PIB de la zona euro, hasta situarlo en el 2,9%, debido a la interrupción de la cadena de suministro, el aumento de precios de materias primas y el impacto adverso en la confianza de empresas y consumidores. Se basa en que el conflicto bélico no irá más allá de 2022 y que las sanciones se verán reforzadas, pero no hasta el punto de interrumpir totalmente las exportaciones de energía.
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha señalado que, en caso de que en el futuro el Banco Central Europeo decidiera crear un ‘euro digital’, éste “no pretendería sustituir al efectivo, sino simplemente complementarlo”.
Según señala Joel Kotkin en la revista Forbes, durante décadas, los países del Norte (Alemania, Noruega, Suecia, Dinamarca, Holanda , Finlandia y Reino Unido), han compensado las muy bajas tasas de fecundidad y la disminución de la demanda interna con la llegada de inmigrantes y la creación de economías de orientación exportadora altamente productivas.
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