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Que la edad media de la población de la Unión Europea va en aumento constante es un hecho. Según los últimos datos de Eurostat, a 1 de enero de 2022, la mitad de los europeos tenía más de 44 años. ¿Cómo puede afectar esto a la economía de la eurozona? ¿A qué problemas deberá hacer frente?
Tras el segundo trimestre consecutivo de caída del PIB, la eurozona se encuentra técnicamente en una recesión que se inició en octubre de 2022. Si bien es cierto que este frenazo no está afianzado, la tendencia comienza a dibujarse: una trayectoria bajista y una caída a territorio negativo. Aunque se aproxima al cero en el cómputo global, la variación del PIB muestra divergencias notables tanto a escala geográfica como en los grandes agregados o incluso a escala sectorial.
La pregunta que se plantea es si el BCE seguirá su última indicación de que subirán los tipo 0,5 puntos básicos en vez de un 0,75. Es una cuestión compleja ahora mismo porque no se está viendo por ahora el impacto de las medidas. No obstante, siempre hay un efecto retardo y tendremos que seguir vigilando la situación.
La inflación en Europa se mantiene en baremos muy altos, respaldada esencialmente por el elevado precio de la energía y de los alimentos. En líneas generales, los países más dependientes del gas y petróleo ruso son los que mayores incrementos de precios registran en el periodo. Adicionalmente, la inflación subyacente se mantiene en niveles muy elevados, del 4,8%.
Datos peor de lo esperado para la inflación de la eurozona al alcanzar el 10%, con una subyacente del 4,8%. No obstante, si uno miraba la rentabilidad del bono 10 años en Alemania, ve que se había puesto en positivo por primera vez desde 2014.
Los niveles de inflación han alcanzado en 2022 niveles récord en la eurozona. Sin embargo, Crédito y Caución prevé que la inflación caerá en el corto plazo. De acuerdo con el estudio publicado, la tasa de incremento de los precios se reducirá gradualmente durante la segunda mitad de 2022. Esta tendencia a la baja se acelerará en 2023, que culminará con una inflación ligeramente superior al 2%. “La elevada inflación actual no está aquí para quedarse”, explica el informe.
La eurozona se enfrenta a una fuerte divergencia entre un sector industrial débil, plagado de cuellos de botella en la oferta, mayores costes de los insumos y un debilitamiento del sentimiento, y un sólido sector de servicios. El gasto en servicios repuntará en los próximos meses a medida que se normalice la actividad turística y hostelera.
Crédito y Caución prevé que la invasión rusa de Ucrania recorte en 2022 un punto del crecimiento del PIB de la zona euro, hasta situarlo en el 2,9%, debido a la interrupción de la cadena de suministro, el aumento de precios de materias primas y el impacto adverso en la confianza de empresas y consumidores. Se basa en que el conflicto bélico no irá más allá de 2022 y que las sanciones se verán reforzadas, pero no hasta el punto de interrumpir totalmente las exportaciones de energía.
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha señalado que, en caso de que en el futuro el Banco Central Europeo decidiera crear un ‘euro digital’, éste “no pretendería sustituir al efectivo, sino simplemente complementarlo”.
Según señala Joel Kotkin en la revista Forbes, durante décadas, los países del Norte (Alemania, Noruega, Suecia, Dinamarca, Holanda , Finlandia y Reino Unido), han compensado las muy bajas tasas de fecundidad y la disminución de la demanda interna con la llegada de inmigrantes y la creación de economías de orientación exportadora altamente productivas.
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