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Tras más de un año sufriendo las consecuencias de la crisis inflacionaria, el modelo de consumo de los ciudadanos españoles se ha ido moldeando hacia una nueva realidad con precios más elevados, pero sin grandes subidas salariales. Para hacer frente a esto, los españoles han retomado las prácticas habituales de la crisis del 2008, donde primaba el precio por encima de otras variables.
Tras el segundo trimestre consecutivo de caída del PIB, la eurozona se encuentra técnicamente en una recesión que se inició en octubre de 2022. Si bien es cierto que este frenazo no está afianzado, la tendencia comienza a dibujarse: una trayectoria bajista y una caída a territorio negativo. Aunque se aproxima al cero en el cómputo global, la variación del PIB muestra divergencias notables tanto a escala geográfica como en los grandes agregados o incluso a escala sectorial.
La inflación de la zona euro ha experimentado una caída sorprendentemente brusca hasta el 6,1% en mayo, por debajo del nivel del 7% de abril y del máximo del 10,6% de octubre. La inflación subyacente es ahora inferior a la de EE UU, lo que reducirá las expectativas de subidas de tipos del BCE, aunque es probable que el banco central suba los tipos en su reunión del 15 de junio.
La subida mantenida de los precios durante el último año ha desatado una desestabilización económica, política y social, que, a pesar de las medidas tomadas, sigue dejando huella en el poder adquisitivo de las familias. Según un estudio, a pesar de que España se posiciona como el tercer país europeo donde más gente declara que la economía no está en recesión (33%), un 42% piensa que sí lo está.
La economía de EE.UU. ha esquivado los prolongados llamamientos a su ralentización y a una recesión. Los consumidores siguen teniendo ahorros pandémicos, los beneficios empresariales han resistido y los últimos índices PMI se situaron en un 54 de expansión. Pero la ralentización se acerca, por el impacto retardado de los tipos de interés del 5%, el temor a los bancos y los recortes del techo de la deuda.
En una entrevista al Diario INFOBAE, en conversación con el flamante periodista Martín Kanenguiser; el economista norteamericano Steve Hanke, de la Universidad Johns Hopkins, afirmó que los planes del candidato y economista libertario son los únicos que pueden erradicar la alta inflación argentina.
El comportamiento de los consumidores españoles está experimentando cambios constantes debido a los diversos escenarios de inestabilidad socioeconómica de los últimos tres años. Esta semana el Instituto Nacional de Estadística (INE) actualizó los datos del IPC para el mes de abril, y se mantiene la variación anual de la inflación en el 4,1%, y en relación al mes anterior, cuando fue del 3,3%, el IPC sube 0,8%.
El último año ha tensado las perspectivas económicas. Más allá de las consecuencias de la guerra de Ucrania, que ha sacudido la economía europea y provocado una escalada de la inflación no vista en décadas, ahora se escuchan los tambores de otra crisis financiera.
Ahora Alicia es hombre y sus maravillas trans-contrastan, de forma brutal, con las de Alicia niña, mujer de género femenino neto y sin feminismo porque no le hacía falta en absoluto. Alicia-trans contrasta radicalmente con Alicia, pero ha llegado a este país para llenarlo de "maravillas" (todas entre comillas).
No es inflación, es saqueo monopolista. Sí hay alternativa, redistribuir la riqueza. Perdonen que empecemos por el final. Porque la escalada de la inflación no es un “fenómeno natural caído del cielo”, sino que está siendo alimentada por los monopolios de la energía, las grandes cadenas de distribución de materias primas y alimentos y el capital financiero para incrementar su tasa de ganancia.
Seguimos bajo la narrativa donde la renta variable ignora los riesgos de una recesión y se acopla a la idea de que, ante esa contracción económica, se lograrían frenar los problemas de reducción de productividad, de la inflación y de nuevas alzas de tipos resultantes de la política monetaria agresiva de la Fed.
En los últimos meses, la economía española ha vivido un aumento generalizado de los precios, problema al que ahora hay que sumar el temor a una nueva crisis financiera. Los españoles se sienten intranquilos respecto a su dinero, y así lo refleja el II Estudio ‘Percepción y hábitos de los españoles respecto al sector bancario’. La encuesta desvela que para casi la totalidad de los españoles (94%) la inflación es una gran preocupación.
Las recientes sacudidas del sector bancario demuestran que los esfuerzos de los bancos centrales por contener la inflación están teniendo un efecto cada vez mayor, y es probable que se produzcan consecuencias económicas más amplias.
Recién iniciada la Semana Santa, los hogares españoles están en plena planificación de sus compras para celebrar el fin de semana largo en familia o entre amigos. Durante estas fechas, la gastronomía juega un papel fundamental. Torrijas, buñuelos de bacalao y huevos de chocolate son productos típicos que vienen a alegrar las mesas. Pero este año, no escaparán a la subida de precios.
Crédito y Caución prevé que en 2023 se produzca un aumento global del 49% en los niveles de insolvencia, en el marco del proceso de ajuste a los niveles prepandémicos. Tras la interrupción de los estímulos fiscales y moratorias concursales vinculadas a la pandemia, pueden transcurrir hasta ocho trimestres hasta que los niveles de insolvencia se normalicen.
Los precios del gas natural a ambos lados del Atlántico han seguido cayendo en picado y esto ha sido un factor macroeconómico positivo clave, ya que ha impulsado una menor inflación y unas previsiones de actividad económica más sólidas. Pero ha sido doloroso para los inversores en materias primas.
En mi libro Más difícil todavía (Deusto Ediciones) que está en librerías desde hace un par de semanas demuestro cómo las autoridades económicas se equivocaron y no supieron darse cuenta de lo que realmente estaba sucediendo con las subidas de precios que comenzaron a producirse a lo largo de 2021. Y explico también que más tarde, cuando ya no podían negar que la inflación se había desatado, volvieron a equivocarse a la hora de darle respuesta.
Una nueva investigación de mercado muestra que los españoles son lo que más preocupados se encuentran por la situación económica entre cualquier país encuestado en un estudio de tendencias del consumidor para este año 2023. La encuesta revela una tremenda negatividad entre los consumidores españoles con respecto a cómo les ha afectado la economía global actual: el 88% admite que se ha visto afectado negativamente de forma personal, al menos levemente.
Tras haberse situado en máximos de casi cuatro décadas, Crédito y Caución prevé que la inflación se reduzca en las distintas economías de nuestro entorno a lo largo de 2023, aunque cerrará sensiblemente por encima de los valores prepandémicos de 2019.
La inflación casi récord de los precios de los alimentos en Sudáfrica, los cortes de suministro eléctrico, el aumento del coste de la energía y las previsiones de nuevas subidas de los tipos de interés han mermado la renta de los trabajadores y perjudicado aún más a los pobres. Un coctel que coloca al país ante el riesgo de disturbios sociales.
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