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Sabe lo que son; se lo explicaron y, lo peor de todo, es que le da igual abrazarles, compartir mitin y retratarse con ellos para la posteridad. Parece que en la cruzada contra el socialismo y los 'colectivistas' todo vale, incluso darte abrazos de oso con lo mas granado del populismo nacionalista conservador de Occidente.
Cuando en las relaciones personales, sociales o políticas se pierden o desprecian las mínimas reglas o costumbres de educación o cortesía, éstas se convierten en un territorio minado donde el desencuentro y el enfrentamiento vienen a ser la tónica general entre los miembros de una colectividad. Si además esto se traslada a las relaciones personales de ámbito internacional, las consecuencias pueden ser imprevisibles.
Hay algo de lo que muy poco se habla en la política argentina. La irrupción de Milei en ese ágora parece haber frenado una dinámica histórica, casi inmemorial en la forma de hacer política. Más allá de las diferencias, las reyertas y hasta los agravios, la política terminó, siempre, posibilitando las negociaciones, los consensos de mayor o menor cristalinidad y en ese marco que admitía un adentro casi coloquial y un afuera políticamente suburbano.
El pasado noviembre, Trump prometió “extirpar de raíz… a los matones de la izquierda radical que viven como alimañas dentro de los confines de nuestro país”. Hace unos días, una candidata de su partido a superintendente de escuelas públicas en Carolina del Norte decía que los republicanos que siguen la Constitución “necesitamos matar a los traidores».
En diálogo con Infobae desde Estados Unidos, el profesor Hanke afirmó que el Banco Central ya tiene las reservas suficientes para llevar adelante este cambio monetario y que esperar otras condiciones previas es una “tontería”. La entrevista se tomo por el destacado periodista Martín Kanenguiser.
El presidente Milei logró que el engendro legislativo, denominada eufemísticamente “Ley de Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos” se aprobara en Diputados y que ese pronunciamiento mayoritario luzca preocupantemente holgado. Las esperanzas de detener este artefacto macabro quedan libradas a la discusión en particular de su desmañado y variopinto articulado.
Milei fue fiel a sí mismo y no defraudó en Davos. Su discurso en la reunión anual del Foro Económico Mundial (FEM) ha tenido un gran impacto en todo el mundo. Fue más seguido que cualquiera de los cientos de participantes, todos ellos miembros de la élite empresarial y política mundial. En el canal oficial del Foro en Youtube, la intervención de Milei lleva 40 veces más reproducciones que la de Sánchez.
El recién elegido presidente argentino, Javier Milei, intervino en el Foro de Davos haciendo manifestaciones que merecerían un suspenso a quien las hiciera en un examen de primero en cualquier facultad de Económicas del mundo. En su discurso de siete páginas, Milei mencionó exactamente doce veces el término fallo o fallos del mercado para negar que existan: “Es imposible que exista algo así como fallos del mercado”.
Visto desde fuera de las fronteras de La República de Argentina, Javier Milei, el actual presidente, candidato por Libertad Avanza, puede parecer un tipo sacado del programa de los teleñecos. Un individuo mal peinado y extravagante, que alardea de esa excentricidad como cualquier populista al uso. En cierta manera, a mí, personalmente, me recuerda a Triki, el monstruo de las galletas de Barrio Sésamo.
Aquel fue uno de esos momentos que cambiaron la historia, al menos la de Alemania y quizá la de toda Europa. Era el último día de la primavera de 1948 y Ludwig Erhard se la jugaba en ese instante a cara o cruz. Mientras le caía una bronca monumental a grito pelado por parte de Lucius Clay, Comandante General de los EE.UU y máximo responsable de la ocupación aliada en Alemania, él no paraba de moverse de un lado a otro de aquella vetusta sala polvorienta y plagada de libros.
Más allá de sus gestualidades extravagantes, asertivas y enjundiosas, Javier Milei es un presidente vacilante. Teóricamente vacilante y peligrosamente confuso. No nos interesa detenernos en los aspectos singulares de su personalidad ni en la relación que consiguió con una masa variopinta que lo vota y (hasta ahora) lo sostiene.
Javier Milei ha debutado como el nuevo presidente argentino. Dentro de sus invitados estuvieron los mandatarios de todos sus países vecinos (Chile, Bolivia, Paraguay y Uruguay), excepto Brasil, con quien ha amenazado con romper muchos acuerdos (en cambio, sí vino una delegación del expresidente brasilero Jair Bolsonaro). También asistieron presidentes de derecha de la región (como los de Ecuador o El Salvador).
La irrupción rotunda y disruptiva de Javier Milei a la presidencia argentina ha habilitado un sinfín de calificativos sobre su ideología, caracterizada de las maneras más desmañadas e imprecisas que puedan imaginarse. Desde neofascismo, a “noemenemismo”, desde ser asumido como un 'déjà vu' de los 90, hasta un anuncio de la reedición de los parámetros políticos de Martínez de Hoz durante la última dictadura cívica militar que devastó al país.
Hace apenas tres años era solo un deslenguado economista que se hacía hueco a base de virales en la red. Hoy es el presidente electo de Argentina. Javier Milei tiene ante sí un doble reto fabuloso; por un lado, reconstruir la destrozada economía de su país; por otro, confrontar el liberalismo ante otras ideologías dominantes hoy en el mundo.
A un siglo de que la revolución anarquista argentina que fue sofocada en sangre, en ese mismo país asumirá la presidencia, por primera vez en el mundo, alguien que se reclama de una variante del anarquismo. Todas las insurgencias anarquistas de antes acabaron en violentas derrotas (Francia 1871, Rusia 19178-21, España 1936-39, etc.) y fracasaron al querer anular de un solo golpe a las clases y Estados para dar paso a una sociedad igualitaria comunista.
El miedo no puede ser caracterizado como una sensación que avanza solamente sobre gente pusilánime o medrosa. La historia de la humanidad, por el contrario, es capaz de mostrarnos un hilo conductor donde el miedo se expresa en función de ciertos elementos de control social y disciplinamiento que perturban la vida de los habitantes del planeta y articulan las distintas formas de organización social.
La irrupción en la escena política argentina del anarquista de derechas Javier Milei permite comprobar con toda claridad lo que de verdad hay detrás de esta oleada global de nuevos líderes que se presentan a sí mismos como paladines de la libertad.
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