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Los tres conceptos que encabezan este escrito son realidades que se muerden la cola. Si no se atienden en su conjunto la perjudicada es la libertad en abstracto. Sobre esta también hay que realizar una consideración pertinente: a veces es necesario tratarla en concreto, sin alcanzar vuelos filosóficos, porque de lo contrario se evaporará en la estratosfera de lo inaplicado y quizás inaplicable.
Cuando una doctrina se coloca en la cabecera social, la libertad en términos generales palidece, y, en concreto, la libertad de expresión enfila el camino de la agonía, hasta desaparecer. Hoy, la doctrina, ese conjunto de creencias que se muestran como verdades absolutas, está demasiado presente en la existencia colectiva, por lo que la libertad tiene un oscuro presente y peor futuro.
"Diario de Noticias Navarra’ nació el 8 de abril de 1994 como medio de comunicación de inspiración euskalzale recogiendo el testigo dejado por su antecesor ‘Navarra Hoy’ y con el objetivo confeso (según reza en su declaración de intenciones) “de ser un periódico abierto a una población navarra dinámica y preocupada por el futuro y en cuyas páginas tengan voz todos los sectores de la comunidad foral” (Nafar Guztion Egunkaria).
Por muy poderosas que sean, las artes no menosprecian ni aíslan a nadie, son inclusivas, están diseñadas para el mundo, su relación es universal, para quien las quiera. Tienen su propio gobierno. La “Cultura de las Artes” se relaciona con quien la busca y es elaborada por el artista para todos, no para determinadas personas; que algunas vayan dedicadas es otra cosa.
«La censura más poderosa es la que hemos interiorizado. Cuando hemos interiorizado los criterios censorios, la censura no solo alcanza a modificar el pasado, sino que moldea el futuro, moldea nuestro pensamiento y nuestra escritura», ha dicho María José Vega, profesora de Literatura Comparada en la Universidad Autónoma de Barcelona, con motivo de la exposición Malos libros, la censura en la España moderna.
La quema de ejemplares del Corán en Suecia ha generado un profundo malestar y manifestaciones en los países islámicos. Ante esta realidad, el Gobierno y las autoridades suecas no saben qué hacer. Están atados de manos a la distorsionada «libertad de expresión» que reina en el país nórdico. La libertad de expresión está consagrada en la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Sumido en el contexto de estos días y de estos meses, extraigo del fondo de la memoria la reminiscencia de una frase inquietante del gran Francisco Umbral: “Qué triste le pone siempre a uno la alegría de los tontos, en el manicomio como en el fútbol o en la tele”. No entro en la trama o situación que dio lugar a semejante afirmación, pero me resulta ilustrativa de la España que, últimamente, nos cobija.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) consideró como grave antecedente y abuso de privilegio un pedido realizado por la fiscal general de Guatemala a la Corte Constitucional. La funcionaria planteó que el alto cuerpo judicial ordene el uso de la fuerza pública en contra de manifestaciones públicas y silencie críticas a su gestión y la de sus allegados que se realicen a través de las redes sociales.
Todos los medios de comunicación, mejor dicho, los pocos que no están subvencionados por el gobierno, que son casi todos, cuentan las verdades del barquero. La mayoría son palmeros y cuentan lo que saben le gusta a quién les pagan. Como a mí no me paga nadie ni pertenezco al mundo del periodismo, como una simple ciudadana, voy a exponer lo que pienso basada en la libertad de expresión.
Se atribuye a Catón el Viejo aquella sentencia de “no pierdas el tiempo en discutir con los estúpidos y los charlatanes: la palabra la tienen todos, el buen juicio solo unos pocos”. Por lo que se ve, ya en el siglo II antes de Cristo se cocían habas. Igual la frase nos viene bien en estos días de tertulianos, redes sociales y regodeo en la ignorancia.
En cualquier actividad profesional se realizan acciones directas de su incumbencia y se derivan gran cantidad de conductas por aproximación; unas y otras, con innumerables efectos derivados, cuya valoración acabará siendo desigual. El comentario de hoy parte de las apreciaciones en torno a una obra de Knut Hamsun, Redactor Lynge. Disfrutando primero de su relectura, a pesar del tiempo transcurrido desde su edición; no deja de aportarnos cuajados matices.
Considero fundamental en esta época de abundantes falsedades, pararse a discernir para poder caminar hacia adelante. De entrada, una ruptura de los esquemas mundanos nos vendrá bien para ganar salud y atesorar concordia. Ya está bien de prometer todo y luego no dar nada.
El poeta e insigne escritor venezolano, al recibir el Premio Cervantes de Literatura 2022 de parte de los Reyes de España, Felipe VI y Leticia, ha pronunciado un elocuente y revelador discurso en el que reivindicó al género humano frente a los autoritarismos que ponen en peligro a las libertades y los derechos humanos.
La libertad de expresión no está garantizada en Tennessee. Este mes, la Cámara de Representantes de Tennessee —integrada mayormente por personas blancas y dominada por el Partido Republicano— expulsó a dos representantes negros más jóvenes de esa legislatura estatal. Ambos fueron acusados de violar ”las reglas de decoro” de la Cámara por participar en una protesta pacífica.
La detención de un periodista estadounidense en Rusia no solo envió una tajante advertencia a los reporteros extranjeros en el país, sino que es una señal del deseo del Kremlin de sofocar cualquier disidencia en el Estado. La detención el 30 de marzo del periodista Evan Gershkovich, del diario The Wall Street Journal, bajo la acusación de espionaje, indica que el régimen ruso podría estar reforzando su ya férreo control de la información.
Opinar es un asunto serio, porque supone que quien lo hace de manera responsable, le asiste la razón y es para sí mismo una verdad. Quien opina con carácter y firmeza, en principio le asiste un pensamiento y una cultura que engloba tener las razones que fundamentan la opinión misma.
“La primera víctima de la guerra es la verdad”, afirmó el senador estadounidense del estado de California Hiram W. Johnson en 1929, durante el debate para la ratificación del pacto Kellogg-Briand, un intento noble pero finalmente fallido de prohibir la guerra.
Deseo pedir disculpas porque el jueves pasado me secuestró ese misterioso virus enemigo de la humanidad, conocido como COVID-19 y que tantos estragos está haciendo en la salud y en la vida de millones de personas en el mundo. Afortunadamente la variante que me ha visitado ha sido despedida con cajas destempladas mediante una buena dosis de paracetamol, lo que me ha permitido reencontrarme de nuevo con todos mis lectores.
Recientemente el fotoperiodista Javier Bauluz -el primer español que ha recibido un Premio Pulitzer- ha sido penalizado con una multa, siendo uno de los últimos casos conocidos de una larga lista de periodistas que llevan sufriendo la aplicación de la ley mordaza en vigor desde julio de 2015. Y siete años después una ley tan represiva y regresiva sigue en vigor.
¿Con el gobierno que nos subyuga? ¡Vamos, hombre, no digas memeces! ¡Ah! Que te refieres a la que estos social comunistas cuya férula padecemos, preconizan para sí, entonces estoy conforme. En España puedes expresarte siempre que lo hagas de acuerdo con lo que el príncipe de la mentira y sus conmilitones deciden, si no, eres un facha o, peor aún, de ultraderecha, cuando no te conminan de fascista o neonazi.
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